lunes, 21 de abril de 2014

La confianza disimula ausencias

Colón superó con éxito una serie de tres partidos donde se ponía a prueba su capacidad de reemplazar a jugadores importantes. Consecutivamente contra Boca, Newell’s y Belgrano, Osella tuvo que exprimir todavía más al plantel rojinegro, a partir de la acumulación de amarillas que generaron varias suspensiones.
Ante el xeneise faltaron Castillo y Alcoba. Allí el entrenador tomó una decisión que generó polémica: colocar a Marcelo Meli como lateral derecho. Sin embargo, el volante respondió con creces. Más allá que le costó acomodarse de arranque, con el correr de los minutos se afianzó y pudo ganarle el mano a mano a Sanchez Miño, y también a Martínez cuando se recostó por esa zona. Pero además, el técnico eligió al pibe Germán Conti para reemplazar a Alcoba y a Gerónimo Poblete para jugar en la zona central de la cancha. Ambos cumplieron y el rendimiento del equipo no se resintió.
En el encuentro siguiente hubo más dolores de cabeza. Contra Newell’s faltaron Videla y Graciani, también por llegar al límite de amonestaciones. Esta vez el DT se la jugó e incluyó al delantero Gustavo Villarruel para que ocupe la banda derecha del mediocampo. El petiso cumplió la misión de tapar la subida de Casco. Además, Poblete volvió a jugar como volante central y mostró un crecimiento interesante.

Por último, en el compromiso del domingo ante Belgrano, no estuvieron Landa y Castillo. El central llegó a la quinta amarilla, mientras que el lateral había sido expulsado en Rosario. Osella volvió a confiar en Meli como defensor en la punta derecha y ratificó a Conti en la zaga central. Ninguno desentonó, pero el que se destacó fue Poblete. Le tocó jugar tres partidos consecutivos y la continuidad lo favoreció. Fue la figura contra el Pirata y demostró ser una excelente alternativa ante la ausencia de alguno de los volantes centrales. Ahora seguramente tendrá una nueva oportunidad de ser titular en dos encuentros seguidos, por la ausencia de Meli.
Cuando los soldados principales para Osella comenzaron a cargarse de amarillas, surgieron dudas sobre cómo responderían los elementos de relevo, juveniles con pocos minutos en Primera que tuvieron que hacerse hombres a fuerza de necesidades. Pero los pibes respondieron, no dejaron lugar para cuestionamientos. Así quedó demostrado que el mensaje de confianza del entrenador no solo fue destinado para los actores protagonistas. Los integrantes del reparto también absorbieron la idea y generaron el mismo convencimiento. Así pudieron insertarse en el equipo sin marcar diferencias con los ausentes.
Colón pasó un tramo duro. Continúa fuera de la zona del descenso y ahora afrontará la recta final con casi todos los mejores a disposición.

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