Unión cerró la primera rueda del Torneo
de Transición de la B Nacional en zona de ascenso. Está en el cuarto puesto con
13 puntos. Tal vez menos de lo que esperaba cosechar en diez fechas.
El arranque del equipo tatengue fue
malo. Dos derrotas consecutivas (1-3 vs Sp. Belgrano y 2-3 vs At. Tucumán) y un
empate en Tandil (2-2 vs Santamarina) cuando ganaba por dos goles, pusieron a
Madelón en la cuerda floja. Sin embargo, los jugadores dieron una muestra de
carácter en el 15 de Abril con un 3-0 frente a Crucero del Norte y no solo
salvaron al DT sino que comenzaron a construir una fortaleza en su estadio.
Allí comenzó el mejor momento
rojiblanco de la primera ronda. Aunque decepcionó de visitante, hiló dos
empates en esa condición (2-2 vs All Boys y 1-1 vs Temperley) que se agregaron
a otras dos importantes victorias en la Avenida (2-0 vs Independiente Rivadavia
y 3-0 vs Huracán). Ese fue el pináculo en cuanto a lo numérico y también en
rendimiento. El triunfo ante el Globo mostró a un equipo maduro y dispuesto a
afirmarse.
Pero el cierre de la primera etapa del
torneo lo encontró nuevamente en declive. Unión volvió a tropezar afuera, esta
vez con derrota en Junín (1-2 vs Sarmiento), y no pudo retomar sus mejores
luces como local (0-0 vs Patronato). Estos dos últimos resultados devolvieron
la incertidumbre y, si bien mantuvieron al conjunto santafesino entre los
clasificados, provocaron una sensación de inseguridad en relación al futuro.
La situación de Unión es compleja. Tuvo
dos facetas diametralmente opuestas. Una positiva cuando jugó en Santa Fe y otra
negativa cuando debió salir del 15 de Abril. Las caras fueron diferentes no
solo en los resultados, también en el nivel individual y colectivo.
Como local, Unión ganó 3 partidos,
empató 1 y perdió 1. Acumuló 10 puntos y tuvo el 67% de efectividad. Fue uno de
los equipos más goleadores en esa condición con 10 tantos y recibió solo 3. Vale
la pena destacar que esos goles en contra se dieron en un solo cotejo, la
derrota frente a At. Tucumán. En el resto culminó con la valla invicta. Estos números
corresponden a un equipo destinado a ascender sin inconvenientes.
Pero los problemas se generaron de
visitante. Allí el tatengue no pudo ganar nunca, empató 3 encuentros y perdió
2. Cosechó 3 puntos, es decir el 20% de las unidades en juego. Muy poco. Anotó 7
goles y le metieron 10. En esa condición mantuvo su poder ofensivo pero fue muy
frágil del medio hacia atrás. Tuvo actuaciones irregulares y niveles
desconocidos en varios de sus mejores futbolistas. Así se explica porque el elenco
de Madelón tendrá que seguir luchando para asegurarse una de las plazas de
Primera División.
Unión se apresta a comenzar la segunda
parte del campeonato con algunas certezas y varias cuentas pendientes. Las seguridades
pasan por sus virtudes arriba, la capacidad de gol de sus delanteros y el buen
rendimiento en su casa, aunque esto quedó en duda después del empate contra
Patronato.
Mientras que las vacilaciones están
relacionadas a la capacidad para resolver sus deficiencias como visitante. El técnico
ya probó variantes y no obtuvo resultados positivos. Se impone la necesidad de
un cambio de actitud, más emparentado con la personalidad del plantel que con
aspectos tácticos o estratégicos. Esto será más probable si además el
entrenador puede recuperar a los jugadores lesionados y regularizar la formación
del cuadro principal. Darle rodaje a un mismo equipo más allá de la cancha
donde se presente. Porque Unión seguramente tendrá que jugarse partidos
importantes y definitorios en Mendoza, Parque Patricios y Paraná. No puede
darse el lujo de repetir los errores de fechas pasadas.
El objetivo de regresar a la máxima categoría del futbol argentino se mantiene en el horizonte, al alcance de una buena actuación en la segunda rueda.
El objetivo de regresar a la máxima categoría del futbol argentino se mantiene en el horizonte, al alcance de una buena actuación en la segunda rueda.
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