El encuentro de hoy entre Argentinos y
Colón es una muestra clara de la permanencia de la filosofía grondoniana en la
casa de calle Viamonte, a pesar de la muerte de Don Julio. La política de desatender
las necesidades estructurales, y mucho más las coyunturales, sigue siendo cosa
de todos los días en la AFA, más allá de quien ocupe el sillón que quedó vacío luego
de 35 años.
El partido del sabalero corresponde a
la jornada 7 de la B Nacional que se jugó este fin de semana, pero en principio
estaba programado para el jueves pasado a la noche (sin justificación clara). Sorpresivamente,
a menos de 48 hs del cotejo, se cambió para el domingo. Primero se iba a jugar
a las 15:30, después a las 17, y por último ni siquiera se disputó el domingo. Las
dudas sobre la realización de un acto político en el Diego A. Maradona trasladaron
el choque para este lunes a las 18:10. Y en medio de esta desorganización sin
antecedentes quedó el cuerpo técnico, el plantel y los dirigentes sabaleros,
impotentes y obligados a aceptar las cosas “porque sí”. Tal cual los tiempos de
Grondona.
El “todo pasa” puede transformarse hoy
en un “nada cambia”. Porque sigue todo igual o incluso peor. Cuando el “Padrino”
dirigía la AFA algunas cuestiones quedaban ocultas bajo la alfombra. Hoy, por disputas
de poder por un sitio que estará disponible, se ponen a la luz más fácilmente.
Casi como una paradoja, también en el día
de hoy Colón sienta un precedente histórico en la lucha contra esa forma de conducir
los clubes. La institución rojinegra tuvo en la presidencia de Germán Lerche a
uno de los discípulos más fieles a esa manera única y condenable de sacarle provecho
propio a la pasión del hincha. Y es el mismo Colón quien, a partir de la autorización
del juez Darío Sánchez, desde ahora se planta como querellante contra la gestión
de su ex presidente. Un acontecimiento muy importante que sienta jurisprudencia
en lo legal, que le permite al club aportar pruebas para la causa, y que pone
en serio riesgo a Lerche de terminar procesado por presunta administración fraudulenta.
Tal vez el legado más doloroso del
proceso Lerche haya sido el descenso a la B Nacional después de casi 20 años en
Primera. Allí esta Colón ahora, peleando por volver a pesar de las carencias económicas
y el quiebre institucional que quedó luego de siete años de desidia.
Mas allá de los resultados que se obtengan
en los estrados judiciales, el sabalero tiene la chance de demostrarle a Lerche
y sus secuaces que Colón es más grande que las personas que lo conducen
eventualmente. Que la historia, la camiseta y el amor de sus hinchas son más
poderosos que los perjuicios que le infringieron un grupo de oportunistas. Y el
punto final para esa demostración es lograr el ascenso, regresar al lugar que
tanto le costó alcanzar y que perdió repentinamente por los desmanejos de la dirigencia
que encabezaba Lerche.
En ese camino anda el rojinegro. Recuperando
de a poco la identidad de “sabalero”, en el completo sentido popular que
tiene la palabra. Lejos, bien lejos de esos brillos que quisieron imprimirle
quienes buscaron solamente aprovecharse de su grandeza.
Colón comienza a desmontar esa
estructura mafiosa que nació hace mucho en la AFA y terminó decantando en Santa
Fe. Ojalá a partir de hoy la rueda empiece a girar hacia el otro lado y alguna
vez pueda acabarse el “todo pasa” grondoniano.
B Nacional – Torneo Transición 2014 –
Zona A - Fecha 7: Argentinos vs Colón
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