Unión se jugaba muchas cosas esta tarde
ante Crucero del Norte. La continuidad del técnico estaba puesta a prueba y el
equipo debía responder. El tatengue necesitaba una demostración futbolística
convincente para alejar fantasmas, reconciliarse con su gente y marcar un
quiebre positivo en un momento clave.
La chapa final con el 3 a 0 a favor
resume una tarde perfecta. Porque el rojiblanco logró todos los objetivos que
el partido le demandaba. Expuso virtudes en todas sus líneas y alcanzó por
primera vez en el torneo un rendimiento parejo a nivel colectivo. Mantuvo su
poder de fuego en ataque, pero le agregó solidez en defensa y sobre todo
inteligencia para controlar los tiempos del juego.
El conjunto rojiblanco arrancó el
encuentro convencido de sus obligaciones. Fue a buscarlo de entrada, achicando
espacios y cortando permanentemente el circuito del mediocampo del colectivero.
Y además agregándole ritmo a la circulación de la pelota y llegada de los volantes
al área rival.
La jugada del penal no cae de forma
aislada en el marco de un trámite pobre, es consecuencia de una postura tomada
por Unión de jugar el mayor tiempo posible en cercanías del arquero contrario. Luego
de la clara infracción de Barraza, Claudio Guerra se encargó de abrir el
marcador con una definición precisa al costado izquierdo de Caffa. Así el
cuadro de Madelón se fue al descanso con una justa ventaja.
De arranque en el complemento el equipo
ratificó su superioridad ampliando la diferencia. Una buena recuperación en la
mitad derivó la acción hacia la derecha para que Fabro envíe un centro atrás. El
pase lo rescató Ignacio Malcorra que definió de zurda y estampó el 2 a 0.
Allí se presentó un reto para la
formación de Madelón: defender la ventaja y evitar que suceda lo mismo que pasó
en Tandil. Unión lo logró con firmeza y sin poner nunca en riesgo el triunfo.
Y hasta hubo tiempo para un tercer
tanto que aseguró la victoria. Sobre la media hora Guerra asistió de cabeza a
Martín Fabro, que definió mano a mano por debajo de las piernas del arquero. Los
tres goles de distancia entre un equipo y el otro daban cuenta de forma certera
de la superioridad que el cuadro santafesino expuso sobre el elenco misionero.
Unión tuvo una actuación pareja en
todos sus jugadores. No hubo puntos bajos, pero sí algunos muy destacados. La
aparición hoy de Montero fue muy saludable. En una nueva función como doble
cinco, el Memo le brindó al mediocampo el equilibrio que no tenía. Aportó despliegue
para la recuperación y dinámica para pasar al ataque. Junto con Guerra fueron
los futbolistas más destacados del encuentro. El 9 cumple un rol preponderante.
Baja a tres cuartos para pivotear, aguanta la pelota para la llegada de sus
compañeros, cede hacia los costados y hasta a veces le alcanza para llegar al
área a cabecear. Hace un trabajo muy beneficioso en lo colectivo y últimamente
se destaca por sus asistencias. Hoy sumó una más de cabeza en el tercer gol de
Fabro.
Muchas veces pasa que, cuando un
entrenador está en la picota, los jugadores no responden, no comprenden cómo
tienen que reaccionar. Hoy los futbolistas de Unión hicieron lo contrario. El equipo
mostró una respuesta anímica y futbolistica sin fisuras. Transmitieron un
mensaje muy claro de respaldo y confianza para Madelón.
El tatengue afrontó el encuentro como
una verdadera final, de principio a fin. Por eso el efecto positivo del triunfo
tienen enormes dimensiones. Unión ganó un partido sumamente trascendente y sumó
una victoria imprescindible de cara a su futuro.
B Nacional – Torneo Transición 2014 –
Zona B - Fecha 4: Unión 3 – 0 Crucero del Norte
No hay comentarios.:
Publicar un comentario