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El encuentro se moría como las
esperanzas del pueblo sabalero, que con la radio pegada al oído soportaba
estoicamente esa puñalada al pecho que fue el segundo gol de Atlético de
Rafaela en Sarandí. Sin embargo, había tiempo para un milagro más en este camino
plagado de hechos sorprendentes. En el último suspiro antes del pitazo final,
Gandín ejecutó un tiro libre al centro del área y allí fueron todos. Parecía que
había miles de camisetas rojinegras buscando la heroica. Los jugadores, los
hinchas, hasta por un momento se dibujaron las figuras del Bambi Aráoz, de la
Chiva Di Meola, del Bichi Fuertes. Todos querían cabecear. Pero fue Lucas Landa
quien llegó más alto que nadie y conectó. Champagne tapó y le ahogó el grito, pero otra vez el destino le dio la mano a Colón. Desde el piso
Alario se encontró con la pelota y pudo pegarle de zurda. El balón pegó en el arquero, rebotó en el delantero y fue rodando
manso, como si no tuviera apuro, casi jugando con los corazones de las 35 mil
personas que detuvieron su respiración en ese segundo. Para luego dar lugar a
la explosión de alegría cuando la red se movió.
Colón sufrió el partido porque
nunca pudo soltarse. Fue un equipo atado, que acusó las presiones que imponía
la definición y eso casi le cuesta la permanencia. Con jugadores muy nerviosos,
por debajo de su nivel, el sabalero no pudo imponerse en el trámite, nunca
controló la pelota y quedó en desventaja cuando parecía que Olimpo se proponía
no agredir. Sin embargo, Sarulyte conectó de cabeza un tiro libre y abrió la
cuenta.
Osella hizo cambios rápidamente
para darle un perfil más ofensivo que el equipo no adquirió. Pero estaba claro
que el camino de Colón esta tarde iba a ser trazado a base de garra y no de
fútbol. Acumulando jugadores adelante, el sabalero tuvo la posibilidad de
empatar. Desde el punto del penal se generó otra acción de película. Darío Gandín
remató desde los doce pasos, el arquero Champagne tapó pero el rebote le quedó
al Chipi que convirtió de cabeza para renovar la esperanza y plantar la semilla que floreció en el desenlace.
Colón sumó 30 puntos en el semestre
pero no le alcanzó para mantener la categoría. Fue tan negativo lo sufrido en
la primera parte de la temporada que ni siquiera una campaña de campeón es
suficiente para esquivar el calvario. Aunque todavía queda un capítulo más, una
nueva oportunidad para alcanzar la salvación. Será en una final a todo o nada
contra un rival conocido. Allí el sabalero irá por la hazaña final a base de un
corazón enorme, ese que hizo posible que hoy la tarde termine en una fiesta
impensada.
Primera División – Torneo Final 2014
- Fecha 19: Colón 2 – 1 Olimpo
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