domingo, 18 de mayo de 2014

Un milagro de corazón

Cuando todo estaba perdido, Colón puso el corazón. Eso que tanto caracterizó al sabalero a lo largo del ciclo Osella se hizo presente en el último instante, en la última jugada, en la última pelota del último partido del Torneo Final. De corazón Colón se ganó una nueva vida, una chance más para permanecer en Primera División.
El encuentro se moría como las esperanzas del pueblo sabalero, que con la radio pegada al oído soportaba estoicamente esa puñalada al pecho que fue el segundo gol de Atlético de Rafaela en Sarandí. Sin embargo, había tiempo para un milagro más en este camino plagado de hechos sorprendentes. En el último suspiro antes del pitazo final, Gandín ejecutó un tiro libre al centro del área y allí fueron todos. Parecía que había miles de camisetas rojinegras buscando la heroica. Los jugadores, los hinchas, hasta por un momento se dibujaron las figuras del Bambi Aráoz, de la Chiva Di Meola, del Bichi Fuertes. Todos querían cabecear. Pero fue Lucas Landa quien llegó más alto que nadie y conectó. Champagne tapó y le ahogó el grito, pero otra vez el destino le dio la mano a Colón. Desde el piso Alario se encontró con la pelota y pudo pegarle de zurda. El balón pegó en el arquero, rebotó en el delantero y fue rodando manso, como si no tuviera apuro, casi jugando con los corazones de las 35 mil personas que detuvieron su respiración en ese segundo. Para luego dar lugar a la explosión de alegría cuando la red se movió.

Colón sufrió el partido porque nunca pudo soltarse. Fue un equipo atado, que acusó las presiones que imponía la definición y eso casi le cuesta la permanencia. Con jugadores muy nerviosos, por debajo de su nivel, el sabalero no pudo imponerse en el trámite, nunca controló la pelota y quedó en desventaja cuando parecía que Olimpo se proponía no agredir. Sin embargo, Sarulyte conectó de cabeza un tiro libre y abrió la cuenta.
Osella hizo cambios rápidamente para darle un perfil más ofensivo que el equipo no adquirió. Pero estaba claro que el camino de Colón esta tarde iba a ser trazado a base de garra y no de fútbol. Acumulando jugadores adelante, el sabalero tuvo la posibilidad de empatar. Desde el punto del penal se generó otra acción de película. Darío Gandín remató desde los doce pasos, el arquero Champagne tapó pero el rebote le quedó al Chipi que convirtió de cabeza para renovar la esperanza y plantar la semilla que floreció en el desenlace.

Colón sumó 30 puntos en el semestre pero no le alcanzó para mantener la categoría. Fue tan negativo lo sufrido en la primera parte de la temporada que ni siquiera una campaña de campeón es suficiente para esquivar el calvario. Aunque todavía queda un capítulo más, una nueva oportunidad para alcanzar la salvación. Será en una final a todo o nada contra un rival conocido. Allí el sabalero irá por la hazaña final a base de un corazón enorme, ese que hizo posible que hoy la tarde termine en una fiesta impensada.

Primera División – Torneo Final 2014 - Fecha 19: Colón 2 – 1 Olimpo

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