La tarde del domingo en la
Avenida fue extraña. Hubo dos partidos, uno en la cancha, con los altibajos que
ya son costumbre en este equipo, y otro en las tribunas, con las celebraciones
multiplicadas por el descenso del eterno rival.
El hincha de Unión le dio poca
importancia a lo ocurrido dentro del campo. En medio de los festejos por la desgracia
ajena, pasó desapercibido un rendimiento que nuevamente dejó varias grietas que
preocupan. El empate contra Independiente Rivadavia de Mendoza debe sumar como
una nueva prueba para que los dirigentes, alejados de la pasión del hincha
común, sigan tomando nota de cara al próximo semestre.
Unión tuvo sus puntos altos de
rendimiento en el inicio y en el final del encuentro. Le faltó precisión para
abrir el marcador en los primeros minutos y pudo convertir en el cierre luego
de presionar a su rival en la recta final del compromiso. Sin embargo, en el
desarrollo medular el tatengue no pudo imponerse a un conjunto que pena por mantener
la categoría.
Más allá del resultado final, que
poco importa para la sumatoria del rojiblanco, el partido sirve para comenzar a
sentenciar algunas conclusiones sobre las individualidades. Ayer quedaron claros los puntos a reforzar y los casos a estimular en el próximo torneo. A saber:
- Palacios
es un jugador distinto e indispensable. Debe ser prioridad su renovación.
- Castro
y Sánchez se transformaron de a poco en referentes. También es necesaria su
continuidad.
- Hay
juveniles que demostraron chapa para ser titulares. Es el caso de Martínez,
figura ante los mendocinos, y Caballero. Además, el pibe Tarquini ingresó muy
bien y es un interesante proyecto como delantero.
- Brítez
no tiene nivel para jugar en el lateral. Queda muy expuesto al costado y sin la
protección de un marcador central. Tal vez es mejor alternativa en la zaga.
- Lamentablemente
Fernando Evangelista agotó sus oportunidades. La de ayer era la última y la
desperdició. Difícilmente los dirigentes hagan algún esfuerzo para retenerlo.
Al conjunto de Madelón le
quedarán dos compromisos. Serán importantes porque el nivel de los rivales,
Huracán y Banfield, permitirán establecer una medida correcta en relación a lo
que se jugará el tatengue en el próximo semestre. Ya sin motivaciones ni
objetivos en la recta final, por lo menos vale la pena que el entrenador y los
directivos aprovechen el tiempo para ganar terreno en la conformación del
plantel que viene.
El choque ante los mendocinos de
Independiente Rivadavia se cerró con cantos y festejos. Con el gol de Salinas
en el último suspiro, la hinchada se permitió retomar la celebración que llevó
adelante antes y durante el encuentro, recordando el descenso de Colón.
Pasadas las horas, agotada la
algarabía de un lado y las lágrimas del otro, el fútbol de Santa Fe estará
obligado a realizar una fuerte autocrítica para tratar de explicar porqué en
solo dos años la capital provincial perdió su plaza en Primera División.
B Nacional - Temporada 2013/14 - Fecha 40: Unión 1 - 1 Independiente Rivadavia
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