El milagro ante Olimpo le dio a Colón una vida más, una nueva oportunidad de revalidar su permanencia en Primera División. El sabalero se jugará mañana esa chance final en Rosario contra Atlético de Rafaela, un enemigo íntimo.
Todo se definirá en el Gigante de Arroyito en 90 minutos, en 120 o en los penales. Pero habrá un final para la historia de los soldados de Osella que, más allá del resultado, quedarán en el recuerdo de los hinchas sabaleros. Por su sacrificio, solidaridad y coraje, los jugadores rojinegros ya son héroes que demostraron que les sobra categoría.
Sin dudas será un partido aparte, casi un clásico por lo excepcional de sus características. Los dos equipos se conocen muy bien y es por eso que seguramente Colón apostará al libreto conocido para imponerse en el trámite. No es tiempo de utilizar planes improvisados, ni siquiera sabiendo que en este caso el empate no existe. El sabalero debe afirmarse en sus virtudes para potenciar sus fortalezas y disimular sus limitaciones. Para eso necesitará retomar señales de sus mejores momentos en el campeonato. Una defensa sólida, un mediocampo que achique espacios sin el balón y aproveche las bandas en la salida, y un bloque ofensivo dispuesto a incrementar al máximo su eficacia.
Más allá de las debilidades conocidas, hay varios puntos positivos que el cuadro del Barrio Centenario puede exponer de cara al choque decisivo. Es un equipo curtido en este tipo de circunstancias. Arrancó el torneo "casi descendido" y cada uno de los encuentros que afrontó se denominaron "finales". Eso acostumbró a los futbolistas a jugar bajo presión, aunque la tensión de mañana será aún mayor.
El plantel se pudo restablecer anímicamente de la mala racha en el final del Torneo y el gol de Alario sobre la hora les dejó inflado el pecho y con confianza en la previa de la definición.
Si el equipo de Osella puede imponer estas condiciones en el juego tendrá grandes posibilidades de llevarse un partido que estará plagado de nerviosismo, en el cual los detalles cumplirán un rol preponderante.
Colón disputa mañana su Superfinal, su gran cita con la historia. Será el momento de demostrar que todo lo hecho no fue en vano, de darle valor final a los pequeños milagros que el sabalero fue encadenando.
Germán Lerche y los dirigentes que lo acompañaron merecen irse al descenso por el daño que le ocasionaron a la institución. Pero este cuerpo técnico, los jugadores y la gente de Colón merecen ampliamente quedarse en Primera.
Primera División - Desempate por la Permanencia: Colón vs At. de Rafaela
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