Unión recibió dos goles tempraneros de
Racing y no logró restablecerse como lo había hecho en otras oportunidades. Pudo
emparejar el trámite desde el rendimiento pero careció de precisión para
acercarse al empate.
Pocas veces le ocurrió al tatengue como
local un comienzo de partido tan negativo. En el marco de un cotejo sin grandes
diferencias, el conjunto de Avellaneda aprovechó al máximo dos situaciones a
favor y convirtió dos tantos antes del primer cuarto de hora. Para un equipo
como el de Madelón, que se caracteriza por presionar y tomar la iniciativa en
los primeros minutos cuando juega en casa, era un escenario extraño.
No había un protagonista definido en el
encuentro cuando llegó el remate débil de Oscar Romero que se desvió en Cardozo
para descolocar a Nereo Fernández y abrir el marcador. Tampoco el visitante
dominaba de forma amplia seis minutos después cuando Gustavo Bou recibió un
centro por el segundo palo, la acomodó con el muslo, y ensayó un derechazo que
se clavó en el ángulo para ampliar la diferencia de la Academia. Recién a
partir del 2 a 0, Racing comenzó a imponerse en el juego y Unión fue presa de
los nervios y el desorden.
Al término del primer tiempo, el elenco
de Cocca había ganado en confianza y estaba fortalecido para encarar el
complemento con la misión de encaminarse con tranquilidad hacia una victoria
cómoda. Sin embargo, el cuadro rojiblanco volvió a demostrar que, pese a sus
limitaciones y diferencias de capacidad con el oponente de turno, nunca se da
por vencido y siempre se considera en partido.
Así fue que Unión atropelló a Racing
desde el arranque del segundo tiempo, acumulando excesivos méritos para lograr
el descuento. A los 15 minutos de la segunda etapa, Sebastián Saja ya era la
figura de los de Avellaneda. En ese lapso le tapó un mano a mano a Malcorra,
otro con más esfuerzo a Riaño, contempló como un cabezazo de Villar se
estrellaba en el travesaño y voló para sacar desde el ángulo una volea de
Leonardo Sánchez.
Es cierto que la formación de Madelón
actuó casi por instinto y reaccionó espasmódicamente luego de una primera parte
pobre. También es verdad que fruto de la urgencia intentó ahorrar fases,
acortar caminos y eligió el empuje por sobre la elaboración. De todas formas, los
dos goles que había que remontar no permitían otra receta y las debilidades que
Racing comenzó a exponer en defensa insinuaban que ese camino era el correcto.
Pero esta vez Unión no tuvo la justeza
de otras ocasiones. Hubo fallas de precisión en la definición y, tras
desaprovechar ese arranque arrollador, le costó mucho sostener la presión en
campo rival y acumular situaciones de real peligro. Cocca entendió que debía
reforzar la estructura defensiva para cuidar la diferencia, los espacios se
fueron achicando y la historia se hizo cuesta arriba.
Recién en tiempo agregado, y jugando
con uno menos por la correcta expulsión de Riaño, el tatengue pudo encontrar el
descuento que merecía largamente desde el inicio del complemento. Leonardo
Sánchez, que habitaba el área visitante desde hacía un rato largo, ingresó por
el segundo palo para conectar de cabeza un centro de Malcorra, vencer de una
vez a Saja, y establecer un 1-2 más acorde con la realidad del juego.
Las derrotas dignas no existen, son
derrotas y punto. Aunque es cierto que algunas caídas son más resonantes que
otras. En esta oportunidad, Unión tropezó ante el último campeón sin ser
superado con amplitud y dando pelea hasta el último suspiro.
Primera División 2015 –Fecha 20: Unión
1 - 2 Racing
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