El área chica es del arquero. La sentencia futbolera no deja dudas a la hora de evaluar responsabilidades en el segundo gol de Sportivo Belgrano, que silenció sobre el final del partido los gritos de victoria en el 15 de Abril. La pelota aérea que envió Dolci tenía un destino obligado: las manos de Matías Castro.
Sin embargo, el golero de Unión se dejó apresar por la duda y el tatengue lo pagó caro. El uruguayo amagó a salir y se arrepintió. Eso lo dejó en una posición poco aconsejada en este tipo de jugadas. Quedó lejos del despeje propio y desalineado de su valla para contener un cabezazo.
El balón cayó en la línea del área menor y generó una cadena de errores que derivó en el gol del empate para los de San Francisco: Sánchez y Zapata se molestaron en el salto y ninguno de los dos pudo cabecear, Bruna se cayó y atropelló la pelota en dirección a su propio arco. Todo esto, sumado a la incertidumbre del arquero, fueron demasiado regalo para un goleador como Velazco, que la mandó a guardar.
Más allá de las inseguridades defensivas que Unión viene mostrando hace mucho tiempo, la jugada pudo resolverse sin inconvenientes. Matías Castro no mostró la determinación que amerita una acción a los 48 minutos del segundo tiempo. Si el arquero salía con seguridad y despejaba con los puños la historia se terminaba inmediatamente a favor del rojiblanco. En el peor de los casos algún rival podía cargarlo, o molestarlo, lo que hubiese significado infracción a favor de Unión y el mismo final con sonrisa. Son de esas jugadas que el futbolista después repasa en su mente una y otra vez, preguntándose porqué no hizo lo que debía.
Castro es un arquero que demostró sobradas condiciones para merecer la titularidad sin demasiados reproches. Pero esta vez, las dudas del uruguayo dejaron a Unión con las manos vacías y la esperanza herida.
B Nacional 2013/14 - Fecha 28 - Unión 2 - 2 Sp. Belgrano
B Nacional 2013/14 - Fecha 28 - Unión 2 - 2 Sp. Belgrano
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