Unión sufrió la jerarquía de Lanús, que
necesitó menos de un tiempo para establecer diferencias abismales y construir
una goleada express. El tatengue expuso falencias habituales que, sin embargo,
fueron suficientes para un rival que exhibió sus individualidades en un nivel
de excelencia.
En el marco global del partido, queda
como una virtud ínfima el arranque positivo del conjunto de Madelón. El rojiblanco
pareció entender cómo enfrentar al Granate en el inicio, y hasta lograba
maniatarlo por momentos. Pero todo se derrumbó estrepitosamente luego del
primer cuarto de hora.
Cuando un oponente ataca cinco veces y
anota cuatro tantos quedan pocos argumentos para justificar lo sucedido. Sí es
posible afirmar que el equipo cometió errores puntuales que le significaron
automáticamente goles en contra.
Ya en el complemento, Unión esbozó un
intento por lograr la hazaña, pero rápidamente sucumbió porque Lanús fue
inteligente para bajar la intensidad y controlar el trámite para no ser
sorprendido.
La preocupación va más allá de la
derrota por goleada de ayer. El déficit de Unión en condición de local en los
últimos tiempos es lo que aparece como inquietante. Desde el comienzo del segundo
semestre del año pasado, el tatengue solo ganó dos partidos en el 15 de Abril.
Ambos ante Temperley. Además, en ese lapso, el cuadro rojiblanco sumó en casa cinco
empates y cinco derrotas. Es una cosecha muy pobre en casi en un año calendario.
La goleada sufrida por Unión a manos de
Lanús estuvo lejos de ser escandalosa o humillante. Las distancias de nivel ya
conocidas fueron plasmadas tan rápido y con semejante contundencia, que el
rojiblanco cayó naturalmente sin acumular demasiados defectos.
Sin dudas, el saldo más negativo que
deja una nueva derrota en Santa Fe es la debilidad que Unión expone en estos
últimos tiempos en un reducto que alguna vez supo ser inexpugnable.
Primera División 2016 – Torneo
Transición - Fecha 9: Unión 0 – 4 Lanús
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