viernes, 19 de febrero de 2016

Ruiz y Ledesma, los directores de la orquesta sabalera

Colón se transformó en una de las revelaciones en el comienzo del campeonato. Un plan ofensivo, buen juego y la ambición de convertir muchos goles son las características de un equipo al que Darío Franco logró imprimirle definitivamente su sello luego de la pretemporada. La goleada sobre Belgrano lo ratifica como un aspirante serio a ser protagonista en el Torneo Transición.
Un primer tiempo brillante y explosivo, y un complemento de control e inteligencia trazaron el camino del tercer triunfo consecutivo para el sabalero. Con el plus de tener enfrente un oponente laureado y de probada eficiencia para complicar a cualquiera. Sin embargo, Colón pudo elevar su rendimiento un escalón más y edificar una victoria aún más sólida que las dos conseguidas previamente. Porque potenció sus virtudes en la generación y el ataque, y corrigió varios de los errores que venía cometiendo en defensa.
Es muy difícil pensar en un Belgrano goleado. No ocurrió demasiado en la era Zielinski. El Celeste siempre expone rasgos de elenco duro de quebrar. Si uno imaginara la forma perfecta de ganarle seguramente apelaría a una efectividad extrema para aprovechar las escasas oportunidades que ofrece. Colón cumplió con esa receta de forma perfecta. Le convirtió tres goles en 35 minutos y lo derrumbó por toda la cuenta.
El excepcional momento de Colón no se explica solamente desde la buena puntería. El sabalero tiene mediocampistas de alto rendimiento individual que aseguran un control inteligente de la pelota. El máximo exponente en esa zona del campo es Pablo Ledesma. Figura esencial en los últimos dos partidos, el cordobés se transforma en una estación indispensable de la gestación del juego rojinegro. Ante Belgrano, propuso verticalidad en la primera parte para atacar los espacios cedidos por errores del rival. Y en el segundo tiempo, comprendió que lo conveniente era dormir la pelota para asegurar el control y evitar una reacción de los cordobeses. Ledesma entiende y maneja los tiempos como ningún otro futbolista del equipo de Franco.
El presente del cuadro santafesino se corona con el aporte indispensable de Alan Ruiz. El 10 es el elemento más desequilibrante. Sus apariciones marcan el quiebre necesario en la mayoría de las jugadas de ofensiva. A diferencia de Ledesma, Ruiz puede acoplarse al diálogo colectivo pero además es capaz de influir individualmente de forma determinante. El bombazo para el segundo gol ante Belgrano es una acción meramente personal en la que se deshace de dos rivales y resuelve con un tiro violento a distancia. Esa conjunción de virtudes lo colocan en el lugar de privilegio como la mejor figura de Colón en el arranque del año.
Alan Ruiz y Pablo Ledesma son los directores de una orquesta que tiene excelentes ejecutantes como Sperdutti, Figueroa, Lagos, Poblete y Broun. Con buen funcionamiento, algunos toques exquisitos, fuego ofensivo y muchos goles, la obra sabalera ya es cosa seria en este campeonato.

Primera División – Torneo Transición 2016 - Fecha 3: Colón 3 – 0 Belgrano

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