domingo, 18 de septiembre de 2016

De la mano de Leo

Unión se anotó un triunfo histórico en la cancha de Lanús. El tatengue venció al granate en su casa después de casi 40 años. Otra vez Madelón fue gran responsable del resultado. Sus decisiones antes y durante el partido fueron claves para la victoria.
El técnico planteó el encuentro de manera especial en la previa. Después de la pálida imagen ante Aldosivi eligió cambiar de sistema y apostar a un equipo con dos líneas de cuatro y mayor resguardo del medio hacia atrás. La planificación le dio buen resultado durante la primera media hora. En ese lapso Lanús manejó la pelota pero no inquietó a Nereo. Unión redujo espacios, presionó la circulación en el medio y se mantuvo corto para no dar ventajas. Hasta que el elenco de Almirón comenzó a romper por las bandas, con Moreno y Pasquini, y el rojiblanco sufrió el último cuarto de hora de la primera parte.
Madelón tomó nota de esas debilidades y también de la falta de precisión en la construcción de los contragolpes. Por eso decidió el ingreso de Rolle en el inicio del complemento para sostener el 4-4-2 pero con Gamba obligando por el sector derecho y el ex Olimpo para conducir los ataques.
A Unión le costó el arranque del segundo tiempo porque Sergio Almirón hizo ingresar a Acosta y el Laucha complicó por izquierda en asociación con Miguel Almirón. Sin embargo, sobre los veinte minutos llegó el quiebre que cambió el partido.
Lucas Gamba ganó en lo alto un córner de Rolle y venció la mala salida de Monetti para abrir el marcador y torcer el destino del encuentro. El gol modificó todo. Impulsó la confianza del cuadro santafesino que, a partir de ponerse en ganancia, empezó a animarse, se adelantó en el campo y generó opciones para ampliar la ventaja. También modificó el temple de Lanús, que nervioso se llenó de dudas y presiones. Ni siquiera el ingreso de Sand fue suficiente para devolverle el control de juego.
Después del 1 a 0, Unión generó cuatro jugadas de mano a mano y en tres de ellas Monetti fue clave para ahogar el segundo grito.
Así, el tatengue se impuso en un partido que primero trabajó, luego sufrió y, a partir del gol, finalmente lo jugó mejor que el granate para llevarse un triunfo merecido.
La victoria es en gran parte mérito de Madelón. El técnico volvió a influir positivamente en la formación del equipo y con sus decisiones durante el juego. Unión ya no tiene individualidades que resuelvan trámites complejos. Como pasaba con Malcorra, Riaño o Martínez. Ahora todo se basa en la fuerza colectiva. Y, en ese contexto de necesidades, el DT es parte fundamental del éxito.

Primera División 2016 – Fecha 3: Lanús 0 – 1 Unión 

Gana y sigue

Colon consiguió uno de esos triunfos que no se explican con demasiados argumentos. En el marco de un rendimiento discreto, el sabalero encontró una jugada que mezcló buena fortuna en la decisión equivocada del árbitro con la jerarquía de Blanco para sacar provecho de la acción y brindarle al rojinegro tres puntos que transforman en casi óptima la cosecha en el inicio del torneo.
Cualquier evaluación de los puntos bajos que el elenco de Montero tuvo en su partido ante Talleres pueden ser contrastados con la tabla de posiciones. Las 7 unidades ganadas en las primeras tres presentaciones pueden retrucar fácilmente las críticas de un equipo que claramente está en formación y en este arranque fue de mayor a menor en sus actuaciones. Pero más que nadie el técnico, y también gran parte de los hinchas, saben que no es recomendable dejarse nublar por los resultados cuando el rendimiento muestra más grises que claros. Siempre es bueno mejorar mientras se gana, pero también es muy bueno que el éxito no anule la convicción de evolucionar.
Colón nunca fue superior a Talleres. Arrancó bien, presionando alto y agregándole dinámica a un funcionamiento ofensivo que prometía con el ingreso de Silva por izquierda. Pero temprano en la noche el cordobés le tomó la mano y comenzó a hacer su partido. Le ganó el medio con Burgos y Gil y lo exigió con el tándem Godoy-Palacios por derecha.
A pesar de no tener el control del juego, el sabalero no sufrió en demasía porque sacó a relucir su punto más fuerte hasta ahora: la firmeza en defensa. Ceballos y Conti elevaron su rendimiento, Ortiz comenzó a demostrar por qué el entrenador confía en él como titular, e Iberia sobrepasó largamente la pálida imagen exhibida por Clemente Rodríguez. La valla invicta en los tres partidos jugados testifica que los inconvenientes se plantean del medio hacia adelante.
Estas carencias se notaron en el complemento, cuando Talleres bajó una marcha y perdió agresividad. En ese momento, Colón no pudo tomar las riendas porque en la faz ofensiva tiene fallas de conducción, generación y peso ofensivo. Las intervenciones de Ledesma son muy salteadas, su compromiso no es permanente y el equipo lo siente. Además, Bernardi y Silva muestran buenas credenciales pero todavía falta que el resto juegue más para ellos. En el único momento que Colón fue punzante fue cuando lo buscó seguido a Silva para que rompa por el flanco izquierdo. El desenlace fue el momento de quiebre en el partido.
Blanco peinó una pelota para el pique en diagonal de Bernardi que fue derribado por Quintana afuera del área. La confusión entre el árbitro Tello y el asistente Romero favoreció al cuadro santafesino que contó  con un penal que el Zungui convirtió con precisión.

Esa faceta es en la que el sabalero se muestra letal: la eficacia. Aprovecha casi siempre al máximo lo poco que genera en ataque. Esta vez, Blanco y su jerarquía para definir transformaron una noche opaca en un final de fiesta para el pueblo sabalero que asistió en masa al Brigadier López para acabar con la abstinencia de cuatro meses sin ver a su equipo.
El grito ahogado se liberó tras el pitazo final del limitado Tello. El merecido festejo se extenderá por varios días, sobre todo mirando a Colón en los primeros puestos de la tabla. Pero mientras tanto, Montero y su cuerpo técnico seguramente seguirán en un camino de trabajo que apunte a seguir mejorando el funcionamiento de un equipo que todavía está en deuda. Pero que mientras tanto gana y suma para alejarse de la zona de riesgo en los promedios.

Primera División 2016 – Fecha 3: Colón 1 – 0 Talleres

domingo, 11 de septiembre de 2016

Sin brújula

El saldo más positivo que había dejado el viaje de Colón a Mar del Plata fue el libreto definido que implementó en cancha. Un camino que no pudo volver a desandar ante los suplentes de Banfield. El Sabalero fue superado por un conjunto alternativo que desnudó falencias que parecían superadas en la pretemporada. A pesar de esto, el equipo de Montero pudo ganarlo en el tramo final con cuatro opciones de gol que no aprovechó.
La historia podría haber terminado en derrota o también en triunfo, si cualquiera de los dos hubiese sacado mejor rédito de las acciones de peligro que generó. Pero más allá del resultado, quedó una deuda por saldar con el juego del rojinegro. Porque Banfield presentó un equipo plagado de juveniles sin minutos en primera y suplentes con poco rodaje. Ese detalle no puede ser pasado por alto. Colón estaba mejor capacitado para imponer condiciones. Sin embargo, fue el Taladro quien dominó la mayor parte el encuentro.
El primer tiempo se jugó al ritmo de Bertolo. Con una deficiencia física visible, pero con la calidad intacta, el volante ofensivo manejó los hilos de la izquierda al medio y se convirtió en un problema sin solución.
Broun fue el responsable de tapar dos mano a mano, y la impericia de los jugadores banfileños en dos cabezazos claros pero desviados colaboraron para que Colón se fuera al descanso superado en el trámite pero igualado con su rival en la chapa.
En el complemento las acciones se emparejaron, Banfield se fue desinflando y el cuadro santafesino tardó hasta los veinte minutos para asumir el rol que le correspondía desde el arranque. Sin claridad en la circulación, sin juego asociado, el sabalero apostó por el ataque abierto por las bandas y el centro rápido al área. Lo buscaron tarde en el partido a Blanco, pero el Zungui respondió. Género dos acciones de peligro que podrían haber significado la victoria. Una la tapó Navarro, mientras que en la otra el arquero no pudo y fue Sporle el que llegó con lo justo para sacarla en la línea. De allí al final, Colón tuco un par más pero no supo resolverlas.
La cosecha de puntos (4 de 6) en un arranque que marcaba dos presentaciones como visitante es positiva. De todas formas, en el balance de los 180 minutos contra dos rivales menores, el balance no es bueno. Son más las sombras que las luces y aquel buen comienzo ante Aldosivi queda en anécdota cuando luego se extendió por más tiempo un rendimiento con puntos individuales bajos y una actuación colectiva muy discreta.
Luego de las primeras dos fechas, la tabla le da la mano y el juego le da la espalda a Colón. Un llamado de atención teniendo en cuenta que el viernes la vara estará más alta cuando debute como local contra un buen equipo como Talleres.


Primera División 2016 – Fecha 2: Banfield 0 – 0 Colón

domingo, 4 de septiembre de 2016

De la cabeza

Con el éxito ya consumado, Madelón reconoció que realizó un trabajo especial apuntando a fortalecer el aspecto mental del equipo de cara al choque contra Estudiantes. Unión respondió en la cancha con una confianza inusual para convencerse que podía jugar de igual a igual y fruto de eso plasmó una superioridad que lo hizo merecedor ya en el partido del triunfo que alcanzó en la definición por penales.
Sin embargo, la victoria tatengue no se fundamenta sólo en la actitud. Hubo argumentos futbolísticos que respaldaron un funcionamiento que comenzó con dudas, pero luego se fue afianzando hasta provocar un predominio inesperado del cuadro santafesino.
En el inicio del partido, Unión reflejó sus principales miedos. Se acomodó demasiado atrás y permitió que Estudiantes manejara la pelota y la iniciativa, aunque sin generar acciones peligrosas. Hasta que sobre los 20 minutos el equipo de Madelón produjo un quiebre en el trámite. La jugada asociada entre Acevedo, Rolle y Villar que dejó a Gamba mano a mano significó mucho más que la primera aproximación tatengue en el partido. En esa acción, Unión se demostró a sí mismo que podía jugar más adelante, que era capaz de recuperar la pelota en zona media y, sobre todo, que tenía las armas suficientes para imponerse en el juego.

De allí al final de la primera parte se vio el mejor rendimiento. Presión alta, recuperación y ataque rápido, y presencia en el área rival para generar opciones de gol. El tiro libre de Rolle que impactó en el palo y un cabezazo de Anselmo que pasó muy cerca fueron el desenlace de un lapso en el que Unión hizo casi todo para irse al descanso arriba en el marcador.
En el complemento, el elenco de Madelón perdió claridad en los últimos metros pero sostuvo la intensidad en la presión y el control del partido. Estudiantes estuvo muy lejos de ser el equipo jerarquizado que aparecía en la previa como el futuro dueño inevitable del encuentro. Unión, con una mezcla de alta confianza y demostradas cualidades lo mantuvo a raya y llegó a los penales con la sensación de haber cumplido con el trabajo correcto para ganar la clasificación en los 90 minutos.
La definición desde los doce pasos deja de lado los méritos colectivos y se reserva el derecho de consagrar a un héroe. Nereo Fernández fue el beneficiado por las circunstancias y en base a una conjunción de capacidad e intuición tapó dos remates en la tanda, para convertirse en figura y darle al tatengue el pase a los cuartos de final de la Copa Argentina.
Unión jugó un gran partido y, más allá de imponerse a través de una vía que a veces tiene mucho de azar, justificó desde su rendimiento el resultado a favor que consiguió ante uno de los mejores equipos del país.
Esta vez, el tatengue ganó con las piernas un partido en el que primero se impuso con la cabeza.

Copa Argentina 2016 – 8avos de Final: Unión 0 (5) – (4) 0 Estudiantes

sábado, 13 de agosto de 2016

Esos pequeños detalles

Unión sufrió y trabajó más de lo esperado para superar a Unión Aconquija y clasificar por primera vez a los octavos de final de la Copa Argentina. En un partido parejo, el tatengue definió el resultado a su favor a partir de pequeños detalles en los que pudo prevalecer su jerarquía.
No hay partidos fáciles en esta competencia. Los ejemplos sobran para demostrar que un equipo de menor categoría puede complicarle la vida al más pintado y hasta eliminarlo. El elenco catamarqueño le hizo honor a esa máxima y puso en serio riesgo las posibilidades del tatengue.
El conjunto de Madelón cumplió a medias con el plan inicial. Presionó de arranque para intentar quebrar el partido temprano pero falló en la definición. Los primeros 20 minutos lo tuvieron como exclusivo protagonista, aunque le faltó precisión para resolver las acciones bien gestadas desde la conducción de Rolle. La más clara de ese lapso fue el mano a mano que desperdició Anselmo a los tres minutos de juego.
Ese fue el único tramo del partido en el cual Unión estableció reales diferencias de rendimiento. A partir de allí, el Estanciero ajustó las marcas, se afianzó del medio hacia atrás y comenzó a encontrar espacios en zona de ataque. El delantero Pablo Villalba Fretes era el destinatario de todos los balones largos para que, primero la aguantara y luego tratará de provocar alguna acción de peligro. El 11 respondió al pedido exigiendo a Castro en tres oportunidades y en el último suspiro del primer tiempo encontró el premio. Un gran gesto técnico suyo fue el nacimiento de la jugada que derivó en el gol de Martínez.
El complemento se presentó cuesta arriba para Unión. El conjunto de Catamarca contaba con la confianza que le brindaba el resultado y el rojiblanco carecía de rebeldía para buscar caminos alternativos a los que ya había intentado y aparecían cerrados. Hasta que surgieron los detalles que cambiaron la historia.
Las diferencias de jerarquía sobre Unión Aconquija no se dieron de forma colectiva, sino de manera individual. Fueron espasmos que le sirvieron a Unión para llevarse el partido. Aparecieron todos juntos en dos minutos y nacieron en acciones de pelota detenida, sin construcción previa.
En el empate, la justeza de Rolle para enviar el córner, la capacidad de anticipo de Sánchez para ganar arriba y la calidad en la técnica de Britez para matarla en el pecho y definir de tijera.
En el segundo gol, otra vez la precisión de Rolle en el tiro libre, nuevamente la aparición de Sánchez para bajársela a Gamba, y la tranquilidad del mendocino para resolver de primera cuando había superpoblación de piernas en el área chica.
La joya de Acevedo en el final también funciona como ejemplo, aunque solo sirvió para estirar la distancia de un resultado que luce amplio en la chapa pero no se condice con un trámite que fue casi siempre equilibrado y no tuvo un favorito definido, hasta que afloraron las individualidades rojiblancas que inclinaron la balanza.
Unión pasó de fase en la Copa Argentina sin dejar nada en sus alforjas. Tuvo que dar todo para superar a un rival dos categorías inferior. El triunfo se transforma en un premio a la seriedad que Madelón y el plantel le asignaron a cada presentación en este certamen y, al mismo tiempo, es un llamado de atención permanente que advierte que el camino seguirá siendo aún más complejo.

Copa Argentina 2016 – 16avos de Final: Unión 3 – 1 Unión Aconquija

viernes, 29 de julio de 2016

El juego de las narices grandes

Colón-Unión, Unión-Colón: el clásico santafesino pasó de ser un elemento de unidad y progreso a una herramienta de provocación y violencia.

¿Alguna vez nos detuvimos a pensar por qué nombramos dos veces a los equipos cuando se juegan los clásicos? ¿Tanto enoja al hincha mencionar primero al rival cuando es local, que debemos invertir el orden por las dudas? Si cuando los cuadros de Santa Fe enfrentan a Arsenal no lo hacemos. O a Aldosivi, o Belgrano, o incluso a Boca y River. Se acostumbra anunciar primero al local y eso no alarma a nadie. Salvo que se juegue el clásico, claro. La misma intolerancia aparece si se grita más fuerte (o largo) el gol de uno o de otro en una transmisión radial, con la cantidad de palabras que se destinan en un diario, o los minutos que se le asignan en un programa de TV.
Atravesamos un periodo de tolerancia cero en el futbol santafesino. Se exacerban los errores del rival, se transforman acontecimientos triviales en hitos históricos que manchan o relucen los pergaminos de cada institución según la conveniencia. En las épocas previas a cualquier clásico el hincha escarba en busca de excusas para atacar a su oponente. Y últimamente los actores que, supuestamente, ocupamos espacios que demandan mayor racionalidad, les estamos sirviendo razones en bandeja.
El cruce entre sabaleros y tatengues pautado por la Copa Santa Fe perseguía un objetivo claro: alcanzar una madurez a partir de naturalizar el enfrentamiento deportivo, buscando reducir la violencia en torno al partido. A esta altura de la historia estamos a un abismo de distancia de lograrlo.
Si hacemos una cadena de responsabilidades para explicar por qué se llegó a este punto de conflicto, seguramente el hincha estará en el último escalón. No está exento, pero no acciona por motus propio sino a partir de estímulos externos. La escala de responsabilidades aumenta si pensamos en quiénes provocan esos estímulos. En este sentido, cada uno de los implicados nunca pudo mirar más allá de su propia nariz. En ningún momento percibió lo que ocurría más allá de su círculo de intereses. Así se dejaron pasar varias oportunidades de solución hasta llegar a un espiral de disputas que parecía interminable.
Lo cierto es que Colón buscó postergar el partido desconociendo las fechas establecidas, Unión se tornó inflexible en busca de un rédito deportivo sin importarle el espíritu de la competición, los organizadores de la Copa le buscaron un resquicio al reglamento para contemplar las razones de los dos y tirar la pelota hacia adelante, y el gobierno presionó con el único objetivo de que el clásico se juegue sí o sí para no pagar las consecuencias políticas del posible fracaso del torneo que impulsó. Todos caminaron mirándose el ombligo y terminaron chocando la pared.

La “guerra” de comunicados, las declaraciones desubicadas de los involucrados y la escasa colaboración del periodismo en pos de calmar los ánimos colaboraron para generar un contexto de tensión que condicionará peligrosamente la disputa del próximo clásico por el torneo de Primera División.
Todos los implicados en esta historia probablemente no dimensionan el daño que le produjeron al partido más importante que tenemos los santafesinos. El enfrentamiento trunco, por una Copa que al parecer no perdurará en el tiempo, hirió de muerte una relación entre ambas instituciones que en los últimos tiempos se desarrollaba en buenos términos y con respeto. Será muy difícil volver a reconstruir el vínculo roto.

El fútbol de Santa Fe acaba de perder una batalla fundamental en la misión por alcanzar la madurez definitiva. Es más, por las actitudes registradas en estos días podemos afirmar que sufrió una regresión a la adolescencia. Y así, con dirigentes ausentes de capacidad, tolerancia y sentido de la responsabilidad, el terreno se torna cada vez más fértil para que siga ganando la violencia.

domingo, 17 de julio de 2016

Pasó con solvencia

Colón superó sin sobresaltos su debut en la Copa Santa Fe. Su triunfo sobre Colón de San Justo nunca estuvo en riesgo, merced al serio abordaje que hizo del partido. El 3 a 0 quedó corto en el marco de un trámite sin equivalencias, donde la goleada fue evitada por el arquero del Rojo. Ahora lo espera nada menos que el clásico ante Unión en cuartos de final.
Luego de varias idas y vueltas, Montero le asignó la importancia debida al compromiso y puso en cancha al mejor equipo que tenía a disposición. Cuatro habituales titulares (Conti, Poblete, Silva y Leguizamón), algunos suplentes que no desconocen el roce de Primera (Bailo, Cuevas, Saín, Arroyo y Leys), y un par de pibes que ya tienen minutos en el conjunto principal (Casado y Sandoval). Con esta formación logró armar un cuadro competitivo que respondió con solvencia a lo que reclamaba la parada: profesionalismo para enfrentar a un rival claramente inferior sin displicencias ni relajes.

Se ausentaron por lógica los jugadores que ya superaron los treinta (Clemente, Barsottini y Ledesma), que se hubiesen expuesto a un riesgo alto en medio de un trabajo de pretemporada que todavía transita por el apuntalamiento físico. También los recién llegados, que necesitan relacionarse más con sus nuevos compañeros. Y Jorge Broun, que busca dejar la institución.
Colón estableció las distancias de rendimiento desde el inicio y sostuvo esa intención casi hasta la media hora del complemento. El mensaje del entrenador fue siempre ir hacia adelante, no quedarse y apostar de forma permanente a la circulación de la pelota de un costado al otro del campo. Así llegó la apertura del marcador. El balón fue de derecha a izquierda para terminar en un centro para los puntas que empujó Leguizamón. Sobre el primer cuarto de hora el sabalero ya abría su camino a la victoria.
Los últimos quince minutos del primer periodo sirvieron para ratificar esa superioridad, estampar el segundo por medio de Silva y convertir al arquero Nuñez en figura por evitar la goleada.
El complemento no deparó demasiados cambios en las condiciones del juego. Colón de San Justo buscó poblar más su última línea para menguar el sufrimiento y esto complicó las posibilidades del rojinegro, que extendió su monólogo en el dominio pero ya no fue igual de punzante. Hasta que una patriada de Casado en el área generó una clara falta que Poblete cobró desde el punto penal para extender la diferencia en el marcador y dejar el último tramo del cotejo en un contexto de formalidad.
Hay varios puntos para destacar en el rendimiento sabalero. El tándem Cuevas-Silva por derecha funcionó de forma óptima, igual que el entendimiento entre Leys y Poblete en el círculo central. Mientras que Saín demostró que puede ser alternativa en la zaga.
Luego aparecen algunas consideraciones relacionadas a la idea que Montero quiere imprimirle al equipo. Varias se notaron esta tarde: la paciencia en el manejo de la pelota y la misión de oscilar de un costado al otro buscando espacios para romper líneas, la subida permanente de los laterales, la participación casi exclusivamente ofensiva de los medios externos, la presencia de dos centrodelanteros, y la necesidad de que uno de ellos se retrase a pivotear en la gestación de las jugadas. Son marcas que de a poco el cuadro santafesino seguramente irá desarrollando según el mensaje de su nuevo DT.
Este tipo de partidos colocan al equipo de Primera División en un escenario complicado. Si gana no pasa nada, pero si pierde sale en todos los diarios. Colón no solo ganó como lo exigía el compromiso, sino que además jugó sin regalar nada y dio un paso hacia adelante en sentido de conjunto pensando en lo que viene. Nada menos que un doble enfrentamiento ante Unión que pondrá en tensión todas las estructuras antes de lo previsto.


Copa Santa Fe 2016 – Octavos de Final: Colón 3 – 0 Colón (SJ)

sábado, 16 de julio de 2016

Premio a la seriedad

Unión cumplió con el doble objetivo en su estreno en la Copa Santa Fe: ganó el partido con una solvencia acorde a la responsabilidad con la que lo había afrontado en la previa y, al mismo tiempo, completó con éxito un compromiso formal de mucha utilidad en el medio de la pretemporada.

La decisión de jugar con los titulares frente a Ben Hur no conllevaba necesariamente un escenario de goleada. Tal vez si el tatengue se lo proponía en el complemento podría haber alcanzado un triunfo más amplio. Pero en el descanso, el entrenador entendió lógicamente que la ventaja de dos tantos era suficiente y la prioridad pasó a ser las reservas físicas y evitar cualquier riesgo de lesión.
Por eso el partido fue tal en el primer tiempo. Allí el tatengue pudo quebrar a un prolijo elenco rafaelino, que vio derrumbada su planificación en los últimos veinte minutos de la etapa inicial. El penal en contra, la expulsión del arquero Cordero, y los dos goles de Rolle le quitaron cualquier chance de hazaña al Gladiador.
El complemento se pareció más a una contienda con espadas de madera. Se mezcló la impotencia de Ben Hur con las reservas de Unión. El rojiblanco acentuó su postura desde la tonta expulsión de Julio César Rodríguez y optó por reducir la fricción y el riesgo a mayores consecuencias no deseadas a las puertas de un posible clásico. Así las cosas, el segundo tiempo transitó sin demasiadas inquietudes para los arqueros y con un par de cambios que Madelón realizó para ensayar alternativas.
El cuadro tatengue tuvo una actuación satisfactoria en lo colectivo y con algunos puntos destacables en lo individual que aportan novedades y ratificaciones. Rolle creció en su rol de elemento desequilibrante y le agregó gol a una función que ya venía desempeñando el torneo pasado. Acevedo tomó la posta dejada por Martínez y aprobó con creces en su rol de primer pase y también en el respaldo a los medios ofensivos. En tanto, las confirmaciones se notaron en el nivel alto de Gamba, haciendo diferencias por el sector derecho del ataque, y en la presencia de Leo Sánchez, que se pareció mucho al que partió de Santa Fe hace seis meses con destino a una aventura en Suiza que se cortó antes de lo previsto.
En el tintero quedó también un rendimiento positivo de Julio César Rodríguez pero empañado por la reacción que le valió la roja y lo deja afuera del próximo compromiso. Y la pobre imagen de García Guerreño, que deberá contagiarse más de su compañero de zaga, y de Zárate, que seguramente perderá el puesto cuando Bruno Pittón esté en buenas condiciones físicas.
Unión pasó con justicia y sin inconvenientes su debut en la Copa Santa Fe. Un premio al profesionalismo con el que los protagonistas abordaron una competencia que algunos eligen menospreciar.


Copa Santa Fe 2016 – Octavos de Final: Unión 2 – 0 Ben Hur

martes, 24 de mayo de 2016

Una campaña pobre que enciende alarmas

Colón hizo casi todo mal en este semestre. Dentro y fuera de la cancha. Inició su camino con todas las luces en tres victorias consecutivas. Pero luego, a la par de la crisis institucional, fue tropezando hasta culminar arrastrándose en el tramo final. Los 17 puntos acumulados en el Torneo Transición no fueron suficientes para alcanzar el objetivo de mínima y dejaron al cuadro rojinegro en una posición preocupante en la tabla de promedios para la próxima temporada, a solo cuatro puntos del descenso.
El 21 de febrero de este año, nadie podía imaginar la triste despedida que Colón protagonizó este lunes en La Plata. Aquel día, el sabalero visitaba a Godoy Cruz como puntero de la zona 1, luego de hilar tres halagos en fila con goleada incluida.
Pero a partir de esa jornada, todo iba a comenzar a derrumbarse, deportiva e institucionalmente. Al mismo tiempo que los dirigentes se peleaban entre sí en una interna vergonzosa, el equipo de Franco caía derrotado por marcadores abultados. El sabalero perdió tres encuentros consecutivos, aunque pareció tomar aire con el triunfo inesperado sobre River.
El primer clásico ante Unión aparecía como un punto de inflexión. Y lo fue, pero de forma negativa. La derrota histórica por tres goles ante el eterno rival en el Centenario fue el detonante de un efecto dominó que no se detuvo.
La Comisión Directiva, inmersa en enfrentamientos individuales, estiró en demasía la permanencia del entrenador. El equipo sacó dos empates que solo sirvieron para demorar el quiebre esperado que se concretó luego de la caída en Junín. Con Ariotti y Ruiz ausentes ante Sarmiento para firmar el contrato de transferencia con Sp. Lisboa, y un vestuario que ya le había dado la espalda, Franco comprendió que los tiempos estaban acabados y dio un paso al costado casi al unísono con el pedido de licencia médica del presidente Ferraro.
A partir de allí, todo pareció decantarse por naturaleza a un estado cada vez más negativo sin que le importara demasiado a la mayoría de los protagonistas. Colón volvió a perder el clásico y, previo triunfo de los pibes contra Olimpo, se convirtió en un equipo que vegetó los siguientes tres compromisos, sufriendo derrotas como si fuese un trámite.
El sabalero recogió más del 50% de los puntos totales en las primeras tres fechas. Esa racha positiva (9 de 9 en juego) quedó en la nada con una cosecha muy pobre en los 13 partidos restantes: 8 unidades de 39 posibles (20%). Además, el cuadro rojinegro fue el que más encuentros perdió, junto a Olimpo, con 9. Y el segundo más goleado con 31 tantos en contra, detrás de Quilmes (32).
El único jugador rescatable fue Alan Ruiz. Fue la figura del equipo y el artillero con 7 anotaciones, participando solo de 9 partidos. Sin embargo, su evaluación se empaña si tenemos en cuenta que decidió dejar de jugar para el elenco rojinegro cuando faltaba un tercio de torneo.
Colón protagonizó un papelón fuera del campo y acusó los efectos nocivos dentro de la cancha. El rendimiento fue decididamente malo y las consecuencias seguramente serán el desmantelamiento de este plantel. En tal sentido, el sabalero estará obligado a cambiar de forma urgente su realidad. De lo contrario, la temporada que comienza en agosto lo tendrá más temprano que tarde comprometido seriamente con los promedios del descenso.


Primera División – Torneo Transición 2016 - Fecha 16: Gimnasia 3 – 0 Colón

Alcanzó el objetivo

Unión se planteó como meta inicial superar los veinte puntos en este Torneo de Transición. Tuvo un arranque irregular y un lapso negativo hasta la mitad del campeonato. Pero a partir de los clásicos fue enderezando el camino y, luego del segundo derby, se afianzó como equipo y tuvo un sprint final muy bueno para alcanzar las 22 unidades.
La campaña del conjunto de Leonardo Madelón se divide claramente en dos mitades. El tatengue protagonizó una cosecha escasa hasta la fecha 8, y una sumatoria casi óptima luego del primer triunfo ante Colón. Pero no solo en materia de resultados el semestre se puede dividir en dos partes. En relación al rendimiento, también hay un quiebre táctico y estratégico en la formación rojiblanca a partir del 3-0 sobre el sabalero.

El campeonato protagonizado por Unión puede ubicarse en los estándares de lo previsible. Repartió triunfos y empates contra rivales de menor jerarquía o igual nivel y fue superado por oponentes que aparecían como más poderosos. El plus que exhibió el rojiblanco como logro extraordinario son las históricas victorias en los clásicos. Imponerse sobre Colón de forma consecutiva fue la distinción que eleva la nota al momento de las conclusiones finales.
A Madelón le costó encontrar el mejor funcionamiento. Pero el entrenador acertó en la decisión de cambiar a tiempo. La variante táctica y el nuevo diagrama de equipo que alcanzó desde la experiencia fallida en la Bombonera le dieron un espaldarazo que se extendió hasta el final del Torneo. El sistema 4-2-3-1 potenció a sus mejores jugadores, que levantaron su rendimiento en la segunda etapa de la competencia.
La etapa más exigua en la sumatoria fue hasta la fecha 7. En ese lapso, Unión cosechó 6 puntos de 21 en juego (29%). A partir del primer clásico la realidad viró 180 grados. El cuadro santafesino sumó, en nueve partidos, 16 unidades de los 27 que disputó hasta el final (59%).
Los puntos más altos fueron Ignacio Malcorra (determinante en asistencias y goles), Mauricio Martínez (fundamental en el juego y la recuperación) y Claudio Riaño (el artillero del Torneo). En un segundo escalón aparecen futbolistas que acrecentaron su influencia positiva a la par de la mejora colectiva: Nereo Fernández (pilar desde el arco con atajadas claves), Lucas Gamba (el que más se potenció con el nuevo esquema) y Nelson Acevedo (rueda de auxilio siempre importante).
Unión redondeó una actuación aceptable. No superó ampliamente las expectativas pero alcanzó la meta inicial planteada por dirigentes y cuerpo técnico. Los 22 puntos cosechados, en un campeonato afrontado sin gastos excesivos por ser “de transición”, constituyen un balance positivo. A esto hay que sumarle la ganancia agregada por las victorias en ambos clásicos, cuestión que constituye en sí misma un mojón histórico más allá del recuento final.

Primera División – Torneo Transición 2016 - Fecha 16: Unión 1 – 1 Estudiantes

miércoles, 18 de mayo de 2016

Pasó con sufrimiento

Unión tuvo que aguardar hasta la definición por penales para eliminar a Atlético Paraná y superar la fase inicial en su debut por Copa Argentina. El tatengue fue muy impreciso en la definición de las jugadas que generó en la primera parte, y eso lo complicó en el segundo tiempo, cuando el Decano equiparó el trámite e igualó el marcador. Sin embargo, desde los doce pasos el conjunto santafesino no falló, Nereo Fernández aportó con una tapada, y el elenco de Madelón pasó la primera etapa del certamen por segunda vez consecutiva.
El cuadro de la Avenida estableció las distancias naturales entre uno y otro durante la primera etapa. Dominó por completo el juego por espacio de media hora, fruto de una circulación óptima de pelota y jugadores en la zona media, y generó chances suficientes para convertir más de un gol. Pero la falta de puntería, algo que también padeció contra Huracán, fue determinante para irse al descanso con una diferencia mínima a favor.
La historia fue distinta en el complemento. At. Paraná salió con ambiciones renovadas y el ingreso clave de Alzugaray en el mediocampo. Por su parte, Unión sostuvo la ineficacia en ofensiva y, al mismo tiempo, comenzó a perder por los costados y a cometer errores en defensa. Las fallas de ordenamiento y de marca de la última línea le permitieron al elenco entrerriano producir tres acciones muy claras antes de los diez minutos. Un remate de Cadenazzi que rozó el ángulo, un tiro libre de Noir que impactó en el palo, y el gol del propio Alzugaray.
Con el marcador en parda, el tatengue se mostró impotente para retomar el control del trámite y siguió sufriendo. Las variantes incluidas por Madelón no influyeron demasiado y la formación santafesina no logró quebrar la igualdad a pesar de presionar e instalarse en campo del Decano en el último tramo del partido.
En consecuencia, Unión tuvo que esperar hasta la definición por penales para sellar su clasificación. Allí reapareció la jerarquía de los jugadores de Primera División. Malcorra, Martínez, Nagüel y Rodríguez definieron desde los doce pasos con precisión, la misma que le faltó al equipo en el tiempo reglamentario. En tanto, Nereo Fernández fue clave al contener el tiro de Galli y contó con la complicidad de Machado que envió su disparo al palo derecho.
El elenco de Madelón pasó con sufrimiento un escollo que aparecía como más sencillo de superar, incluso al término de la primera parte. El tatengue quebró la maldición que indicaba que las últimas tres eliminaciones se habían concretado con envíos desde el punto del penal. Esta vez, el equipo tomó con seriedad esta alternativa y recogió frutos en la eficacia para acertar todos los remates y ganar la serie.

Copa Argentina – 32avos de final: Unión (4) 1 – 1 (3) At. Paraná

sábado, 14 de mayo de 2016

Pura voluntad

Colón afrontó con dignidad un choque al que arribaba inmerso en una crisis institucional y futbolística que lo ponía muy por debajo de las capacidades y jerarquía de su rival. Sin embargo, el sabalero no fue menos que San Lorenzo y se quedó con las manos vacías solo a causa de sus excesivas limitaciones al momento de definir las situaciones que generó.
El arrollador inicio del Ciclón fue la clave principal del partido. El elenco de Johansen fue sorprendido y superado rápidamente por el conjunto de Guede, que le tiró encima toda su agresividad y logró quebrarlo en dos minutos. Ese dominio se extendió hasta el primer cuarto de hora y luego comenzó el retroceso del visitante.
Colón reaccionó en base a la presión en el medio y la buena actuación de su línea ofensiva. Con Sperduti y Silva marcó diferencias por los costados y con Leguizamón tuvo peso en la zona central del ataque. Pero le falló la puntería en los últimos metros.
En el complemento San Lorenzo exageró su cautela, cedió totalmente la tenencia del balón y se posicionó en su campo sin sonrojarse. No obstante, el sabalero no tuvo la misma claridad para abrir el cerrojo azulgrana ni la capacidad suficiente para llegar a la igualdad cuando debió asumir la responsabilidad exclusiva en el partido. Colón tuvo la pelota, se dispuso para atacar, se instaló en cercanías de Torrico, pero nunca pudo lastimar.
Ya en el tramo final del encuentro, Pablo Guede movió un par de piezas y en dos intentos ofensivos el Ciclón sentenció una historia que lo tuvo como injusto ganador.
Esta vez, Colón mostró rebeldía. No se achicó ante uno de los mejores equipos del campeonato, pero no logró disimular las carencias que esta formación expone en la recta definitoria del certamen. Entre futbolistas de trayectoria que parecen pensar ya en otra cosa (Broun, Clemente, Ledesma, Sperduti) y juveniles que todavía están verdes para la amplia demanda que impone el momento (Silva, Leguizamón, Sandoval, Casado), el rojinegro llega a la última estación del semestre con el traje deshilachado y pidiendo una normalización urgente en todos sus niveles.

Primera División – Torneo Transición 2016 - Fecha 15: Colón 0 - San Lorenzo 2

En cualquier cancha

Unión dio un paso adelante en la maduración de su juego. Se animó a plantarse agresivo en la casa de Huracán y, a pesar de modificar la postura en los últimos minutos, demostró que tiene capacidades suficientes para imponer el nuevo esquema con una estrategia ambiciosa también en condición de visitante.
El primer tiempo fue el lapso más indicado para evaluar las posibilidades de la formación rojiblanca. Porque de arranque se plantó en terreno rival y propuso una circulación de pelota fundamentada en el control del mediocampo y la participación activa de los cinco futbolistas que ocupan esa zona. La idea funcionó, aunque el equipo careció de precisión en los últimos metros para traducir ese dominio en la red rival.
La superioridad rojiblanca se cortó con un accidente en el juego. Huracán abrió el marcador en el primer remate al arco que intentó, haciendo gala de la efectividad que a Unión le faltó en el área de enfrente y, además, contando con la fortuna a su favor ya que el tiro de Espinoza se desvió en Zurbriggen para descolocar a Nereo Fernández.
Sin embargo, el elenco de Madelón sostuvo el perfil ofensivo y recogió frutos antes del descanso. El empate llegó luego de una jugada colectiva perfecta que nació en el arco propio y culminó en la valla de Marcos Díaz. Siempre por izquierda y con la conducción magistral de Malcorra, el tatengue armó una serie de triangulaciones para construir un tanto en base a pases de primera y búsqueda de espacios. En la finalización, el zurdo recibió la devolución de una pared con Rolle y envió el centro bajo para la aparición en soledad de Claudio Riaño, que solo tuvo que empujarla al gol para coronar una de las mejores acciones de conjunto que vimos en el Torneo.
Unión intentó extender la postura al complemento, pero luego del primer cuarto de hora cambiaron las condiciones del juego. Huracán comenzó a tomar las riendas y a imponerse en campo rojiblanco gracias al influjo positivo que significó el ingreso de Patricio Toranzo. Además, Ramón Ábila comenzó a ganar el duelo individual contra Sandona y llamó al trabajo a Nereo Fernández, que volvió a ser determinante con dos tapadas mano a mano.
Madelón entendió que era el momento de modificar el esquema y ordenó dos líneas de cuatro para achicar espacios en el medio y evitar desbordes por los costados. Así, el tatengue pudo transitar los últimos minutos con mayor tranquilidad y casi obtiene el triunfo en el tiro del final con un remate de Martínez que rozó el palo derecho de Marcos Díaz.
Unión se llevó del Ducó sensaciones positivas más allá del resultado. El punto es importante, pero tiene mayor relevancia la ratificación de un modo de juego ya internalizado por los futbolistas y ejecutado sin importar la condición.

Primera División 2016 – Torneo Transición - Fecha 15: Huracán 1 – 1 Unión

domingo, 8 de mayo de 2016

Esa insoportable levedad

Colón volvió a perder sin ofrecer resistencia. Fue superado claramente por Vélez y, como ocurrió ante Almagro el miércoles, ni siquiera mostró rebeldía para intentar torcer el destino del partido. Es alarmante la pasividad que reina en el sabalero. Dirigentes, jugadores, y hasta el entrenador minimizan una realidad preocupante.
El cuadro santafesino ofreció una imagen insulsa. Nunca estuvo a la altura de un rival que atraviesa un momento de transición, que está lejos de sus mejores luces, pero sin embargo pudo establecer diferencias de juego desde la etapa inicial y quebrar la frágil oposición rojinegra en el complemento con una ráfaga de cinco minutos. Luego dio la sensación que el Fortín bajó un par de marchas y eligió controlar el trámite, sino el resultado podría haberse estirado.
Colon faltó otra vez a la cita. Débil en defensa, con un Poblete desbordado en la contención, con nula generación de juego y sin peso arriba. El elenco de Johansen no brindó nada positivo durante los 90 minutos y ni siquiera tuvo personalidad para reaccionar en algún momento, al menos desde la voluntad.
El regreso de Pablo Ledesma fue muy inferior a sus posibilidades. La formación santafesina perdió consecutivamente a Alan Ruiz y Víctor Figueroa. Ayer la responsabilidad de la conducción recayó sobre Ledesma que naturalmente no tiene las capacidades técnicas de los dos anteriores y además atraviesa un presente futbolístico bajo.
Los jugadores de experiencia están en un mal momento. Parece que pensaran más en las vacaciones que en los compromisos que restan. Mientras tanto, los juveniles que recién se suman insinúan buenas condiciones pero necesitan mayor rodaje. Y para colmo de males, Conti y Poblete (los que siempre sobresalen) se están contagiando de las limitaciones que los rodean.
El conjunto de estas falencias genera un colectivo de impotencias y dan como resultado un equipo en franca caída. Colón esta en un tobogán que solo los protagonistas parecen desconocer, o bien quieren obviar.

Primera División – Torneo Transición 2016 - Fecha 14: Vélez 2 – 0 Colón

sábado, 7 de mayo de 2016

El mejor momento

Unión arribó a esa etapa que algunos equipos alcanzan cuando, a pesar de no jugar del todo bien, igual consiguen resultados positivos. El tatengue cerró en goleada un encuentro duro ante Argentinos Jrs, que lo tuvo apretado por momentos. Sin embargo, el elenco de Madelón se mostró maduro para sacar provecho de las oportunidades que brindó un rival limitado, hacer gala de su efectividad en ataque y sumar solidez a una defensa que pudo sostener su valla en cero, como cada vez que el rojiblanco resultó victorioso en este torneo.
Unión desarrolló un rendimiento parejo, sin actuaciones brillantes ni notas para el aplazo. Con un nivel aceptable de la mayoría de sus jugadores, con Acevedo y Malcorra un poco por encima de los demás, el cuadro santafesino superó al Bicho con las herramientas necesarias para la ocasión.
El planteo del DT contemplaba un inicio expectante, sin la furia de otras ocasiones, más bien entregando la iniciativa para chequear cuáles eran las fortalezas de un oponente que venía inflado tras vencer a Boca. Pasados los 20 minutos, y ante la exigua producción del visitante, la postura cambió. Unión se propuso atacar y con muy poco quebró la paridad.
Siempre con Malcorra como protagonista del inicio de las acciones de peligro, el tatengue alcanzó una distancia de dos goles en un cuarto de hora. Un tiro de esquina cerrado del 10 provocó un despeje corto que recogió Nelson Acevedo para clavar un bombazo de volea y abrir la cuenta. Y antes del descanso, otro córner del zurdo generó el cabezazo de Mauricio Martínez para estampar el 2 – 0.
En el complemento la historia fue distinta porque Argentinos reaccionó como era previsible, pero Unión se relajó y retrocedió de forma inesperada. El conjunto de Sanzotti lo presionó y hasta los 25 minutos le generó cuatro acciones muy claras que podrían haber determinado al menos el descuento. En la más peligrosa, Nereo Fernández cumplió con su aparición estelar asegurada por partido con una volada excelente para desviarle un cabezazo a Bueno.
El ingreso de Mauro Pittón renovó el aire en la zona media y fue clave para que el rojiblanco se pusiera otra vez en juego. Desde la media hora en adelante, la balanza volvió a inclinarse hacia los de la Avenida y otra vez, igual que en la parte inicial, el elenco de Madelón precisó de pocos intentos para alcanzar altos beneficios.
En una ráfaga final, Unión construyó la goleada con dos goles en cinco minutos. Primero con una acción que nace en una recuperación rápida fruto de la presión. Gamba llegó hasta el fondo en busca de un pase profundo y envió el centro bajo para que Claudio Riaño la empuje sobre la salida del arquero. Y luego, Ignacio Malcorra demostró que su pegada está intacta y anotó un nuevo tanto con un zurdazo a distancia que ya es marca registrada del jugador que eleva su cotización en cada presentación.
Así Unión selló un 4-0 como broche de oro para un miniciclo que se presentaba como beneficioso, por la calidad de los rivales que aparecían en fila. Pero el equipo cumplió y le sacó el máximo rédito con 11 puntos ganados de los últimos 15 que puso en juego. De esta manera, el tatengue cosechó más de la mitad de las unidades que ostenta en la tabla (tiene 20 pts) en los últimos cinco cotejos. Antes, había logrado 9 en 9 partidos.
Sin dudas, la relación rendimiento/resultados pone a Unión en su mejor momento en el campeonato. Con la meta inicial cumplida, le quedarán dos compromisos para afrontar con la tranquilidad de haber corregido a tiempo su rumbo.

Primera División 2016 – Torneo Transición - Fecha 14: Unión 4 – 0 Argentinos

sábado, 23 de abril de 2016

Mal de la cabeza

Colón trasladó sus conflictos al clásico y volvió a caer sin atenuantes a manos de Unión. El sabalero tuvo una expresión muy pobre en la primera parte, pudo reaccionar luego del descanso pero la levantada se truncó con la expulsión de Pablo Vegetti. Y en la recta final se quedó con las manos vacías como consecuencia lógica de una inferioridad incuestionable. La institución rojinegra pasa por un momento de crisis que nació en la cabeza y hoy llegó a los pies.
El rendimiento en el primer tiempo fue paupérrimo. Superado en el medio, sin peso arriba, cometiendo errores en la salida y con desinteligencias en defensa. Fueron tantas las ventajas que otorgó en ese lapso que el 0 a 0 en la chapa cuando se fueron al descanso era la mejor noticia para el cuadro del Centenario.
El entretiempo sirvió para que Johansen corrigiera algunas cosas y gracias a eso Colón salió con otro compromiso al complemento. Con Figueroa como manija, el rojinegro empezó a dominar el juego en campo de Unión y construyó un par de ocasiones de peligro antes del primer cuarto de hora con el ex Newell’s como protagonista. Primero en una combinación con Lagos que derivó en un remate que controló Nereo Fernández. Y luego Figueroa tuvo en su cabeza la apertura del marcador, pero el arquero le tapó el mano a mano de forma brillante.
Eso fue lo único que Colón pudo generar en ofensiva a lo largo del clásico. Luego vino la irresponsable expulsión de Vegetti, por aplicarle un codazo a García Guerreño, y el natural retroceso de un equipo que juega con un hombre menos. El técnico intentó mantener las chances ofensivas con el ingreso de Leguizamón, pero el conjunto no acompañó esa intención y con el correr de los minutos priorizó defender el empate que estaba consiguiendo.
Sin embargo, una acción que encontró desarmada a la última línea derivó en el tanto de la derrota. Conti salió muy lejos y quedó fuera de combate ante un toque de Gamba, Benegas no pudo evitar el control de Riaño en el área y tampoco la asistencia de taco, y Broun no tuvo reacción ante la definición del mendocino para el 1 a 0 rojiblanco.
Colón se enfrentaba a la única chance de resurgir en un instante, de salir del infierno y subir al paraíso en 90 minutos. Ganar el clásico era la solución mágica para borrar la suma de males que vienen aquejando al mundo sabalero. Estuvo lejos de lograrlo.
Como un castillo de naipes, Colón empezó a derrumbarse desde arriba y se desmoronó hasta la base. Con dirigentes peleándose por el poder a la cabeza, con un técnico que esperó que la situación fuese irremontable para irse, con la barra apretando libremente al plantel, y con su máxima figura “colgando los botines rojinegros” antes de tiempo, este clásico pareció el Everest para los jugadores que tuvieron que afrontarlo y el pobre Johansen.
El futuro de Colón se oscurece y las consecuencias desde este mismo lunes son imposibles de mensurar. La responsabilidad principal de corregir el rumbo es de los dirigentes. Si continúan en el afán de privilegiar sus egoísmos el tobogán puede ser interminable.

Primera División – Torneo Transición 2016 - Fecha 12: Unión 1 – 0 Colón

Toda la gloria

Unión completó el combo perfecto para un momento soñado. Venció a Colón nuevamente y se anotó dos triunfos consecutivos en el clásico luego de casi treinta años. El tatengue fue muy superior en el primer tiempo, pero recién pudo desnivelar a cinco del final con una gran jugada que definió Lucas Gamba.
Leonardo Carol Madelón ingresó hoy en una galería selecta, reservada para los dos o tres máximos ídolos de Unión. Como jugador convirtió el gol emblemático para sellar el ascenso del ’89 ante el rival eterno, y como técnico llevó al equipo a Primera en 2014 y ahora es el conductor del elenco que entra en la historia por ganarle a Colón dos veces en fila. Su experiencia como DT pesó al momento de planificar el derby en la Avenida. Convenció a sus jugadores para no excederse en la confianza, para no dormirse en los laureles del 3 a 0 en el Centenario y entender que debían afrontar un nuevo capítulo. El equipo le respondió con creces en la primera parte, se mostró enchufado, intenso y estableció grandes diferencias de rendimiento sobre Colón.
Unión sumó chances muy claras para abrir el marcador antes del descanso. Pero Riaño, Gamba y Britez (de forma increíble) desperdiciaron las oportunidades y el rojiblanco se fue a los vestuarios empatando sin merecerlo.
El complemento arrancó distinto. Porque Colón salió más comprometido, Figueroa tomó la manija en el medio y el sabalero empezó a controlar la pelota en campo tatengue. Ese lapso fue el momento de lucimiento para la defensa de Unión. La última línea no había tenido inconvenientes en la primera parte, pero había contado con la complicidad de un ataque inofensivo del rojinegro. Cuando el trámite pasó a campo propio, los defensores del cuadro de Madelón exhibieron su firmeza, con García Guerreño como punto más alto. Y en la única situación de descuido apareció Nereo Fernández tapándole un mano a mano a Figueroa.
La correcta expulsión de Pablo Vegetti marcó un quiebre en el partido. Hasta ese momento las acciones se habían emparejado y Colón se insinuaba mejor contra un Unión que parecía desinflarse. Sin embargo, el sabalero retrocedió al quedarse con uno menos y le otorgó al tatengue la posibilidad de volver a la carga.
En la recta final del encuentro, cuando las piernas pesan y la cabeza ya no tiene la misma lucidez, llegaría el desenlace feliz para la patria rojiblanca. Unión atacó por la izquierda con Bruno Pittón que buscó a Lucas Gamba. El mendocino punteó la pelota para Riaño que esperaba en el área. El 9 aguantó la carga de Benegas y metió una brillante asistencia de taco para el ingreso en soledad de Gamba, que quedó mano a mano con Broun y definió por abajo para marcar el 1 a 0 e introducirse directo en la fila de “héroes inesperados” en la historia del clásico santafesino. Y de yapa, se subió al podio de los mejores jugadores del cotejo encabezado por Mauricio Martínez, que jugó en nivel muy alto.
Unión salió convencido y fue por toda la gloria. Los jugadores sabían que estaban obligados a defender el oro conseguido con la goleada en el Brigadier López pero, al mismo tiempo, tenían la posibilidad única de transformarse en leyenda si volvían a vencer a Colón. Y alcanzaron el objetivo en base a compromiso, buen juego en la primera parte, y oportunismo en el tramo final para volver a gritar fuerte victoria y estirar a dos encuentros la distancia en el historial del clásico más parejo del fútbol argentino.

Primera División 2016 – Torneo Transición - Fecha 12: Unión 1 – 0 Colón