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El primer tiempo fue el lapso más
indicado para evaluar las posibilidades de la formación rojiblanca. Porque de
arranque se plantó en terreno rival y propuso una circulación de pelota
fundamentada en el control del mediocampo y la participación activa de los
cinco futbolistas que ocupan esa zona. La idea funcionó, aunque el equipo
careció de precisión en los últimos metros para traducir ese dominio en la red
rival.
La superioridad rojiblanca se cortó con
un accidente en el juego. Huracán abrió el marcador en el primer remate al arco
que intentó, haciendo gala de la efectividad que a Unión le faltó en el área de
enfrente y, además, contando con la fortuna a su favor ya que el tiro de
Espinoza se desvió en Zurbriggen para descolocar a Nereo Fernández.
Sin embargo, el elenco de Madelón
sostuvo el perfil ofensivo y recogió frutos antes del descanso. El empate llegó
luego de una jugada colectiva perfecta que nació en el arco propio y culminó en
la valla de Marcos Díaz. Siempre por izquierda y con la conducción magistral de
Malcorra, el tatengue armó una serie de triangulaciones para construir un tanto
en base a pases de primera y búsqueda de espacios. En la finalización, el zurdo
recibió la devolución de una pared con Rolle y envió el centro bajo para la
aparición en soledad de Claudio Riaño, que solo tuvo que empujarla al gol para
coronar una de las mejores acciones de conjunto que vimos en el Torneo.
Unión intentó extender la postura al
complemento, pero luego del primer cuarto de hora cambiaron las condiciones del
juego. Huracán comenzó a tomar las riendas y a imponerse en campo rojiblanco
gracias al influjo positivo que significó el ingreso de Patricio Toranzo. Además,
Ramón Ábila comenzó a ganar el duelo individual contra Sandona y llamó al
trabajo a Nereo Fernández, que volvió a ser determinante con dos tapadas mano a
mano.
Madelón entendió que era el momento de
modificar el esquema y ordenó dos líneas de cuatro para achicar espacios en el
medio y evitar desbordes por los costados. Así, el tatengue pudo transitar los
últimos minutos con mayor tranquilidad y casi obtiene el triunfo en el tiro del
final con un remate de Martínez que rozó el palo derecho de Marcos Díaz.
Unión se llevó del Ducó sensaciones
positivas más allá del resultado. El punto es importante, pero tiene mayor relevancia
la ratificación de un modo de juego ya internalizado por los futbolistas y
ejecutado sin importar la condición.
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