Colón superó sin sobresaltos su debut
en la Copa Santa Fe. Su triunfo sobre Colón de San Justo nunca estuvo en
riesgo, merced al serio abordaje que hizo del partido. El 3 a 0 quedó corto en
el marco de un trámite sin equivalencias, donde la goleada fue evitada por el
arquero del Rojo. Ahora lo espera nada menos que el clásico ante Unión en
cuartos de final.
Luego de varias idas y vueltas, Montero
le asignó la importancia debida al compromiso y puso en cancha al mejor equipo
que tenía a disposición. Cuatro habituales titulares (Conti, Poblete, Silva y
Leguizamón), algunos suplentes que no desconocen el roce de Primera (Bailo,
Cuevas, Saín, Arroyo y Leys), y un par de pibes que ya tienen minutos en el
conjunto principal (Casado y Sandoval). Con esta formación logró armar un
cuadro competitivo que respondió con solvencia a lo que reclamaba la parada:
profesionalismo para enfrentar a un rival claramente inferior sin displicencias
ni relajes.
Se ausentaron por lógica los jugadores
que ya superaron los treinta (Clemente, Barsottini y Ledesma), que se hubiesen
expuesto a un riesgo alto en medio de un trabajo de pretemporada que todavía
transita por el apuntalamiento físico. También los recién llegados, que
necesitan relacionarse más con sus nuevos compañeros. Y Jorge Broun, que busca dejar
la institución.
Colón estableció las distancias de
rendimiento desde el inicio y sostuvo esa intención casi hasta la media hora
del complemento. El mensaje del entrenador fue siempre ir hacia adelante, no
quedarse y apostar de forma permanente a la circulación de la pelota de un
costado al otro del campo. Así llegó la apertura del marcador. El balón fue de
derecha a izquierda para terminar en un centro para los puntas que empujó
Leguizamón. Sobre el primer cuarto de hora el sabalero ya abría su camino a la
victoria.
Los últimos quince minutos del primer
periodo sirvieron para ratificar esa superioridad, estampar el segundo por
medio de Silva y convertir al arquero Nuñez en figura por evitar la goleada.
El complemento no deparó demasiados
cambios en las condiciones del juego. Colón de San Justo buscó poblar más su
última línea para menguar el sufrimiento y esto complicó las posibilidades del
rojinegro, que extendió su monólogo en el dominio pero ya no fue igual de
punzante. Hasta que una patriada de Casado en el área generó una clara falta
que Poblete cobró desde el punto penal para extender la diferencia en el
marcador y dejar el último tramo del cotejo en un contexto de formalidad.
Hay varios puntos para destacar en el
rendimiento sabalero. El tándem Cuevas-Silva por derecha funcionó de forma
óptima, igual que el entendimiento entre Leys y Poblete en el círculo central. Mientras
que Saín demostró que puede ser alternativa en la zaga.
Luego aparecen algunas consideraciones
relacionadas a la idea que Montero quiere imprimirle al equipo. Varias se
notaron esta tarde: la paciencia en el manejo de la pelota y la misión de oscilar
de un costado al otro buscando espacios para romper líneas, la subida
permanente de los laterales, la participación casi exclusivamente ofensiva de
los medios externos, la presencia de dos centrodelanteros, y la necesidad de
que uno de ellos se retrase a pivotear en la gestación de las jugadas. Son marcas
que de a poco el cuadro santafesino seguramente irá desarrollando según el
mensaje de su nuevo DT.
Este tipo de partidos colocan al equipo
de Primera División en un escenario complicado. Si gana no pasa nada, pero si
pierde sale en todos los diarios. Colón no solo ganó como lo exigía el
compromiso, sino que además jugó sin regalar nada y dio un paso hacia adelante
en sentido de conjunto pensando en lo que viene. Nada menos que un doble
enfrentamiento ante Unión que pondrá en tensión todas las estructuras antes de
lo previsto.
Copa Santa Fe 2016 – Octavos de Final: Colón
3 – 0 Colón (SJ)
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