domingo, 18 de septiembre de 2016

Gana y sigue

Colon consiguió uno de esos triunfos que no se explican con demasiados argumentos. En el marco de un rendimiento discreto, el sabalero encontró una jugada que mezcló buena fortuna en la decisión equivocada del árbitro con la jerarquía de Blanco para sacar provecho de la acción y brindarle al rojinegro tres puntos que transforman en casi óptima la cosecha en el inicio del torneo.
Cualquier evaluación de los puntos bajos que el elenco de Montero tuvo en su partido ante Talleres pueden ser contrastados con la tabla de posiciones. Las 7 unidades ganadas en las primeras tres presentaciones pueden retrucar fácilmente las críticas de un equipo que claramente está en formación y en este arranque fue de mayor a menor en sus actuaciones. Pero más que nadie el técnico, y también gran parte de los hinchas, saben que no es recomendable dejarse nublar por los resultados cuando el rendimiento muestra más grises que claros. Siempre es bueno mejorar mientras se gana, pero también es muy bueno que el éxito no anule la convicción de evolucionar.
Colón nunca fue superior a Talleres. Arrancó bien, presionando alto y agregándole dinámica a un funcionamiento ofensivo que prometía con el ingreso de Silva por izquierda. Pero temprano en la noche el cordobés le tomó la mano y comenzó a hacer su partido. Le ganó el medio con Burgos y Gil y lo exigió con el tándem Godoy-Palacios por derecha.
A pesar de no tener el control del juego, el sabalero no sufrió en demasía porque sacó a relucir su punto más fuerte hasta ahora: la firmeza en defensa. Ceballos y Conti elevaron su rendimiento, Ortiz comenzó a demostrar por qué el entrenador confía en él como titular, e Iberia sobrepasó largamente la pálida imagen exhibida por Clemente Rodríguez. La valla invicta en los tres partidos jugados testifica que los inconvenientes se plantean del medio hacia adelante.
Estas carencias se notaron en el complemento, cuando Talleres bajó una marcha y perdió agresividad. En ese momento, Colón no pudo tomar las riendas porque en la faz ofensiva tiene fallas de conducción, generación y peso ofensivo. Las intervenciones de Ledesma son muy salteadas, su compromiso no es permanente y el equipo lo siente. Además, Bernardi y Silva muestran buenas credenciales pero todavía falta que el resto juegue más para ellos. En el único momento que Colón fue punzante fue cuando lo buscó seguido a Silva para que rompa por el flanco izquierdo. El desenlace fue el momento de quiebre en el partido.
Blanco peinó una pelota para el pique en diagonal de Bernardi que fue derribado por Quintana afuera del área. La confusión entre el árbitro Tello y el asistente Romero favoreció al cuadro santafesino que contó  con un penal que el Zungui convirtió con precisión.

Esa faceta es en la que el sabalero se muestra letal: la eficacia. Aprovecha casi siempre al máximo lo poco que genera en ataque. Esta vez, Blanco y su jerarquía para definir transformaron una noche opaca en un final de fiesta para el pueblo sabalero que asistió en masa al Brigadier López para acabar con la abstinencia de cuatro meses sin ver a su equipo.
El grito ahogado se liberó tras el pitazo final del limitado Tello. El merecido festejo se extenderá por varios días, sobre todo mirando a Colón en los primeros puestos de la tabla. Pero mientras tanto, Montero y su cuerpo técnico seguramente seguirán en un camino de trabajo que apunte a seguir mejorando el funcionamiento de un equipo que todavía está en deuda. Pero que mientras tanto gana y suma para alejarse de la zona de riesgo en los promedios.

Primera División 2016 – Fecha 3: Colón 1 – 0 Talleres

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