Superado el primer escollo clásico, Unión
se pone de cara a dos partidos trascendentales para definir su estado anímico y
futbolístico antes de jugar la revancha contra Colón. Temperley y At. de
Rafaela aparecen en el horizonte rojiblanco como dos rivales que le pueden
permitir crecer y recuperar el nivel de juego que en algún momento del año lo
colocó entre los diez mejores de la tabla. El tatengue necesita recuperar volumen
futbolístico para asegurar su pasaje a la Liguilla pre Sudamericana y este es
el momento indicado.
Como dijo Britez antes de la visita al
Brigadier López, con un poco de ironía y otro tanto de realismo, el cuadro de
Madelón debe enfrentar en las próximas jornadas a equipos que se ubican por
debajo de su línea en las posiciones. Esto puede significar una ventaja siempre
y cuando Unión reincorpore las virtudes ofensivas que lo fueron elevando hasta
llegar a su mejor momento en La Bombonera.
Desde allí hasta hoy, el equipo perdió
capacidad de generación en el mediocampo y, principalmente, poder de gol. En los
últimos cinco partidos no pudo ganar y solo anotó dos tantos (uno de Sánchez de
cabeza tras un tiro libre y otro de Malcorra de penal). El trabajo del bloque
de ataque es el talón de Aquiles en este presente rojiblanco.
Parece que la ausencia de Triverio
finalmente se está notando en demasía. Porque Riaño puede involucrarse mucho en
el trabajo colectivo fuera del área, algo para destacar, pero no tiene peso
dentro del cuadro mayor, donde un centrodelantero define su relevancia dentro
de un equipo. Porque Gamba todavía no ha podido conectarse y construir una
sociedad con el ex Independiente. Y en consecuencia su propio rendimiento está
en baja.
Pero la anemia ofensiva de Unión no es
exclusiva responsabilidad de los delanteros. Malcorra acusa el desgaste físico
de tantos encuentros sin faltar y limita su participación a las jugadas de
pelota detenida o a centros con balón en movimiento. Martínez está desconocido.
Atraviesa un mal momento, no influye en la construcción como volante central
adelantado y tampoco participa mucho en la recuperación de la pelota apoyando al
mediocampista más sacrificado.
El único protagonista del conjunto
ofensivo que sostuvo su nivel es Diego Villar. Pero al marplatense, veterano
ya, no le alcanza la nafta como para cargarse todo el equipo al hombro y
conducirlo sin apoyo de sus compañeros.
En consecuencia, Unión debe restablecer
primero el mejor nivel de sus jugadores para luego replicarlo a nivel
colectivo, y así recuperar el ritmo de sumatoria de puntos. Porque con el
promedio de cosecha de las últimas cinco presentaciones seguramente no le
alcanzará para mantenerse en zona de clasificación.
Este es el momento de reivindicar la
idea de juego, de volver a ser ambicioso en la estrategia, intenso en la
presión, y, fundamentalmente, productivo en los caminos hacia el arco
contrario.
Primera División 2015 –Fecha 25: Unión
vs Temperley
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