sábado, 5 de septiembre de 2015

Con la cabeza en otro lado

Unión puso su mente en el clásico apenas sonó el pitazo final del partido ante Rosario Central. El técnico y los jugadores no demoraron en eliminar riesgos por ausencias en el compromiso frente a Colón. Sin embargo, el tatengue tiene que jugar antes un partido complicado en Bahía Blanca. Arrastrando tres derrotas consecutivas y con una defensa integrada por suplentes y juveniles, Madelón decide dar excesivas ventajas en el cotejo ante Olimpo.

Imaginemos este escenario para el derby santafesino: Unión arribando al Brigadier López con cuatro caídas en fila y perdiendo a manos de Colón… ¿puede haber futuro para el entrenador? ¿Puede el equipo recuperarse anímica y futbolísticamente de semejante golpe antes de la revancha que será solo 20 días después?
El tatengue se coloca a sí mismo en esa situación de peligro cuando decide autoexcluir a dos jugadores importantes como Leo Sánchez y Zurbriggen, que se hicieron amonestar luego de terminado el encuentro contra el Canalla. Si esa acción se daba en el marco de un elenco que funciona bien y gana podrían sobrar los argumentos para justificarla. Pero no se puede entender en el contexto de un equipo en declive de rendimiento, que acumula malos resultados, y que encima tiene otras bajas que lo obligan al técnico a cambiar casi media formación titular. Son muchas concesiones pensando en un partido que todavía no se jugó por encima de otro que se debe afrontar con antelación y que para Unión reviste mucha importancia, dada la necesidad que tiene de sumar tres puntos para cortar la mala racha.
Es imposible de soslayar la relevancia que tiene el clásico en Santa Fe para los dos equipos. Pero también es válido al mismo tiempo reconocer que las consecuencias del resultado de ese partido tan especial muchas veces están emparentadas con las condiciones previas.
No hay dudas que lo más importante para Unión será ganarle a Colón. Un triunfo en el Barrio Centenario sepultaría automáticamente estas especulaciones y poco molestarían los puntos dejados en el camino en los partidos anteriores. Pero si la historia resulta esquiva y se suma a otras cuatro derrotas traídas como lastre será muy complejo avizorar un futuro auspicioso.
Unión se presenta ante Olimpo con la cabeza en otro lado. Esperemos, por el bien del conjunto rojiblanco, que pueda jugar pensando mucho en su oponente de turno y casi nada en el rival de toda la vida que encontrará el 13 de septiembre. Ya habrá tiempo para planificar ese compromiso. Y seguramente el ambiente será distinto, para mejor, si el tatengue no regala los puntos en Bahía Blanca.


Primera División 2015 –Fecha 23: Olimpo vs Unión

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