Unión puso su mente en el clásico
apenas sonó el pitazo final del partido ante Rosario Central. El técnico y los
jugadores no demoraron en eliminar riesgos por ausencias en el compromiso
frente a Colón. Sin embargo, el tatengue tiene que jugar antes un partido
complicado en Bahía Blanca. Arrastrando tres derrotas consecutivas y con una
defensa integrada por suplentes y juveniles, Madelón decide dar excesivas
ventajas en el cotejo ante Olimpo.
Imaginemos este escenario para el derby
santafesino: Unión arribando al Brigadier López con cuatro caídas en fila y
perdiendo a manos de Colón… ¿puede haber futuro para el entrenador? ¿Puede el
equipo recuperarse anímica y futbolísticamente de semejante golpe antes de la
revancha que será solo 20 días después?
El tatengue se coloca a sí mismo en esa
situación de peligro cuando decide autoexcluir a dos jugadores importantes como
Leo Sánchez y Zurbriggen, que se hicieron amonestar luego de terminado el
encuentro contra el Canalla. Si esa acción se daba en el marco de un elenco que
funciona bien y gana podrían sobrar los argumentos para justificarla. Pero no
se puede entender en el contexto de un equipo en declive de rendimiento, que
acumula malos resultados, y que encima tiene otras bajas que lo obligan al
técnico a cambiar casi media formación titular. Son muchas concesiones pensando
en un partido que todavía no se jugó por encima de otro que se debe afrontar
con antelación y que para Unión reviste mucha importancia, dada la necesidad
que tiene de sumar tres puntos para cortar la mala racha.
Es imposible de soslayar la relevancia
que tiene el clásico en Santa Fe para los dos equipos. Pero también es válido
al mismo tiempo reconocer que las consecuencias del resultado de ese partido
tan especial muchas veces están emparentadas con las condiciones previas.
No hay dudas que lo más importante para
Unión será ganarle a Colón. Un triunfo en el Barrio Centenario sepultaría
automáticamente estas especulaciones y poco molestarían los puntos dejados en
el camino en los partidos anteriores. Pero si la historia resulta esquiva y se
suma a otras cuatro derrotas traídas como lastre será muy complejo avizorar un
futuro auspicioso.
Unión se presenta ante Olimpo con la
cabeza en otro lado. Esperemos, por el bien del conjunto rojiblanco, que pueda
jugar pensando mucho en su oponente de turno y casi nada en el rival de toda la
vida que encontrará el 13 de septiembre. Ya habrá tiempo para planificar ese
compromiso. Y seguramente el ambiente será distinto, para mejor, si el tatengue
no regala los puntos en Bahía Blanca.
Primera División 2015 –Fecha 23: Olimpo
vs Unión
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