domingo, 29 de marzo de 2015

Parió el triunfo

Unión jugó, aguantó, sufrió y por fin consiguió la victoria que tanto buscaba. El tatengue fue superior a Vélez en la primera parte, pero luego de la irresponsable expulsión de Triverio tuvo que agruparse en su campo para sostener la ventaja mínima, que le brindó tres puntos muy importantes.
Lo mejor del cuadro santafesino se dio en el primer cuarto de hora. De arranque Triverio y Gamba le sacaron diferencias en velocidad y manejo a los defensores visitantes. Además, Malcorra y Villar se acoplaban con criterio. Los delanteros estaban intratables y el tatengue se insinuaba mejor en el comienzo.
En ese contexto, el tanto no tardó en llegar. Triverio fue derribado en la medialuna e Ignacio Malcorra tuvo a su merced una chance inmejorable. El zurdo es un especialista en disparos de pelota detenida y lo volvió a demostrar. Clavó un remate violento en el ángulo para estampar el 1 a 0 a los diez minutos de juego.
Desde ahí la iniciativa pasó a manos de Vélez, pero el conjunto de Russo no le dio buen destino al balón ni tuvo precisión en el manejo. La única opción que pudo generar fue un disparo de Villalba, que Nereo dejó corto luego de tapar, y Caraglio pifió en el rebote.
En el tramo final del primer tiempo, Unión volvió a tomar protagonismo y estuvo muy cerca de anotar el segundo. Triverio construyó una gran jugada personal por derecha y envió un centro bajo, Gamba recibió un despeje corto de Pellerano y quedó de cara al arco. Sin embargo, el mendocino eligió ejecutar una rabona débil que sacó Amor en la línea.
De esa forma, Unión pasó de poder ampliar la ventaja en el marcador a quedarse con un jugador menos en el campo. Porque, en la salida de ese tiro de esquina, Enrique Triverio le aplicó un fuerte codazo a Cubero. El asistente informó al árbitro y Baliño le sacó roja directa. Una irresponsable acción del delantero que dejaba al equipo con diez futbolistas de cara a la segunda parte.
En el complemento arrancó otra historia. Vélez se instaló en campo y rival y se propuso empujar para encontrar el empate. Rápidamente se reacomodó con tres delanteros y presionó al rojiblanco sobre su arco.
Por su parte, Unión, consciente de las nuevas condiciones del juego, buscó agruparse en zona defensiva, achicar líneas para reducir los espacios y lastimar de contragolpe aprovechando el adelantamiento de los defensores velezanos. El ingreso de De Iriondo alimentó el trabajo de contención y fortaleció la recuperación en el mediocampo. Aunque las posibilidades en ofensiva fueron casi nulas. Existieron chances mientras Gamba estuvo en la cancha, pero cuando el delantero dejó el campo extenuado, Coniglio entró privilegiando la lucha.
El elenco de Miguel Ángel Russo tuvo solo dos acciones claras para convertir en todo el segundo tiempo. Un remate de Rolón que tapó Nereo Fernández. Y una gran jugada individual del juvenil Cáceres, que dejó en el camino a tres jugadores tatengues y quedó cara a cara con el arquero. Pero Sánchez se cruzó en el momento justo para desviar el remate.
En el análisis final podemos ubicar varias aristas que el equipo de Madelón deberá corregir, y algunos aspectos que continúa ratificando como grandes virtudes. No obstante, el partido tuvo dos caras bien definidas y en ambas el rojiblanco respondió. En la primera parte para plantarse de igual a igual ante un conjunto bien considerado, aunque no muestre los brillos de otros tiempos. Y en el segundo acto, luego de quedarse con diez hombres, para convertirse en un equipo luchador y así aguantar la ventaja mínima.
Unión tenía que ganar y lo hizo. Aguantó y sufrió por demás, pero ganó. El tatengue necesitaba imperiosamente el triunfo, y lo parió esta noche en Santa Fe.

Primera División – Torneo 2015 –Fecha 7: Unión 1 – 0 Vélez

sábado, 28 de marzo de 2015

Otra historia

Colón mejoró su rendimiento y mereció ganarle a Rosario Central. El sabalero se encontró rápido con la apertura pero a su vez le empataron enseguida. Luego tuvo chances para llevarse el triunfo pero falló. El elenco de Javier López evolucionó en muchos aspectos y, por primera vez en el Torneo, dejó la sensación de estar a la altura de Primera División.
La formación rojinegra se presentaba con una superpoblación en la media cancha, lo que hacía suponer una postura cautelosa y tendiente a refugiarse en propio campo. Sin embargo, nada de eso ocurrió. El equipo sacó provecho de los cinco volantes presionando la primera línea de recepción de los Canallas y lanzando ataques directos, sobre todo por derecha. Allí se destacó la combinación Cuevas-Romero, siempre con Cristian García como pivot adelantado.
Esos tres jugadores se encontraron para el primer gol de Colón. Transcurrían solo nueve minutos cuando Cuevas sacó un lateral a los pies de García. El Ruso desbordó a Donatti, enfrentó a Gómez Andrada y la tiró al centro del área. Por ese carril ingresó Brian Romero para rematar al primer palo de Caranta y abrir el marcador. El cuadro de López sacaba rédito rápidamente de la idea táctica planteada en la previa por el entrenador.
Sin embargo, en la jugada siguiente Rosario Central alcanzó el empate. Cuevas derribó a Jonás Aguirre afuera del área, pero Loustau sancionó la infracción adentro del cuadro mayor. Marco Ruben no dudó en aprovechar la posibilidad desde los doce pasos y estampó el 1 a 1.
Más allá de no poder sostener la diferencia, Colón mantuvo la prolijidad en el juego. Continuó firme atrás, con un alto rendimiento de Lazzaroni, bien agrupado en el medio, cortando los intentos del local con el triángulo Ballini-Poblete-Ledesma y utilizando a García como pieza clave para aguantar la pelota e iniciar los ataques hacia los costados.
Antes del epílogo de la primera parte, el rojinegro tuvo otra chance para convertir. García peinó un tiro libre de Poblete y el balón cayó en los pies de Bíttolo, que estrelló su derechazo en el palo.
En el complemento bajó la producción ofensiva, pero el sabalero igualmente pudo contar con posibilidades para ganar el encuentro. Tal vez la más clara fue el mano a mano de Cristian García, sobre los siete minutos. El delantero quedó cara a cara con Caranta, la picó por arriba del arquero, pero la pelota se fue muy cerca del palo izquierdo.
Por su parte, Rosario Central nunca pudo desplegar con éxito sus intenciones. Colón lo sorprendió en el inicio, lo superó luego y logró controlarlo sin sufrir sobresaltos en el segundo tiempo. El “director de orquesta” en esos momentos fue Pablo Ledesma, uno de los puntos más altos del partido. El ex Boca lideró la presión, la recuperación, el inicio de los ataques y también la postura más contenida del segmento final, en consecuencia obvia del desgaste.
Cuando se jugaba tiempo agregado, el equipo de López pudo llevarse los tres puntos a partir de un disparo a distancia del propio Ledesma. Pero Caranta le ahogó el grito desviando el tiro por arriba del travesaño.
Fue empate pero mereció ser victoria para Colón, porque impuso condiciones en el trámite y fue el más claro frente al arco rival.
De todas maneras, dejando el resultado de lado por un momento, es muy importante la mejoría que mostró el sabalero en Rosario. Por méritos propios y por el contexto. Porque fue superior al líder del Campeonato, y en su propia casa. Además, porque varios jugadores elevaron su nivel y contagiaron al resto.
Por fin Colón jugó un partido como un equipo de Primera División. Que este sea, entonces, el punto de partida para una historia nueva en el mundo rojinegro.

Primera División – Torneo 2015 –Fecha 7: Rosario Central 1 – 1 Colón

lunes, 23 de marzo de 2015

Salvó un punto que sirve de poco

Unión se encontró con un escenario ideal para ganarle con tranquilidad a Aldosivi. Tuvo un comienzo arrollador y sacó dos goles de distancia. Pero se desdibujó exageradamente, le dieron vuelta el resultado, y lo pudo igualar antes del final por un golazo de Malcorra. El empate vale más que una derrota que parecía probable, pero no le sirve casi de nada a un tatengue que necesitaba ganar luego de cuatro pardas consecutivas.
El elenco de Madelón sorprendió de arranque con un rendimiento brillante. Salió agresivo, a quitarle la pelota al Tiburón en el medio y jugar con velocidad, aprovechando el buen momento del bloque ofensivo. Así convirtió dos tantos en siete minutos.
A los noventa segundos, el rojiblanco abrió el marcador de atropello. Montero ganó un rebote por derecha y cedió para Gamba. El mendocino habilitó a Triverio, que ingresó abierto al área y definió cruzado para poner el 1 a 0.
A los 10 minutos llegó el segundo. Unión manejaba el balón con mucho criterio en la zona media. Fruto de esa buena circulación, surgió una jugada que culminó con una exquisita asistencia de Villar para Malcorra, que entró en diagonal desde la izquierda al medio. El zurdo quedó mano a mano y la tiró por entre las piernas de Campodónico para aumentar la distancia.
El dominio del cuadro santafesino era total. El tatengue tenía el triunfo en sus manos. Pero le faltó inteligencia y actitud para liquidarlo y luego no pudo sostenerlo.
A partir de los 25 minutos bajó la intensidad, fue retrocediendo en el campo y brindándole chances a Aldosivi, que no había exhibido capacidades para preocupar a la última línea visitante. Hasta que un accidente revirtió los roles anímicos del partido. El penal a favor por la mano de Villar fue la única situación de peligro que tuvo el Tiburón en la primera parte. Pero, tras el gol de Gastón Díaz, sirvió para impulsar al local de forma impensada. Y también para desinflar al visitante de manera increíble.
Esa tesitura se trasladó al complemento y se profundizó. Unión pasó de dominador a dominado y de estar cerca de ganar a estar muy cercano a la derrota.
Fue clave el ingreso de Lagos para acomodarse por la izquierda del mediocampo. Junto con Lugüercio ganaron casi siempre por los costados y potenciaron el rendimiento de los delanteros. El tatengue perdió el control del trámite, fue superado en la zona media y los defensores cambiaron la tranquilidad del primer tiempo por la inseguridad de resistir ataques en igualdad numérica.
El equipo santafesino estaba desconocido. Confundido en la cancha, sin reacción ante los embates de Aldosivi. Por eso no sorprendieron los dos goles que el conjunto del puerto consiguió en tres minutos.
El primero por falta de contención de los volantes. Canever ganó por la izquierda y envió un centro atrás que remató Roger Martínez para empatar. Y el segundo por una desatención de los defensores. Díaz sacó rápido un lateral, Sand apareció solo y cedió para Lugüercio que definió ante la salida de Castro para dar vuelta la historia.
Sin embargo, Unión tenía una carta más guardada debajo de la manga. A diez minutos del final, Ignacio Malcorra ejecutó de forma perfecta un tiro libre para lograr el empate. Un remate de zurda, chanfleado y al ángulo para salvar aunque sea un punto en Mar del Plata.
Antes del epílogo pudo ser para cualquiera de los dos. Porque Castro protagonizó una doble tapada ante Martínez y Secaffien y Sand extrelló un cabezazo en el travesaño. Mientras que en tiempo agregado, Sánchez clavó un testazo en el larguero y Triverio, que consiguió el rebote, convirtió en posición adelantada.
La conclusión final dicta que Unión necesitaba ganar y no lo hizo. La poca utilidad del empate también se sustenta en la ventaja que había conseguido la formación de Madelón antes del primer cuarto de hora. Pero luego todo se derrumbó y la imagen que el rojiblanco mostró en la segunda parte genera preocupación, más allá de haber logrado sumar un punto.
Equilibrio, inteligencia y solidez son palabras que comienzan a imponerse en la realidad de Unión. Porque a pesar de extender a 17 la racha de encuentros invicto, ya es hora de ganar para el rojiblanco.

Primera División – Torneo 2015 –Fecha 6: Aldosivi 3 – 3 Unión

sábado, 21 de marzo de 2015

Errores que cuestan caro

Colón mejoró en algunos aspectos pero fue víctima de sus propias limitaciones y se quedó con las manos vacías. Los fallos puntuales en los dos extremos del campo fueron la clave para que el sabalero siga sin poder ganar en el Torneo.
La primer señal del cuadro rojinegro fue positiva. La imagen frente a Racing había sido tan pálida, que el segmento inicial del partido generó ilusión. Porque la formación de Javier López jugó ordenada, con intenciones de manejar la pelota y darle buen destino. Con buena participación de Conti, Ballini y García como puntos altos. Sin dudas el esquema con dos delanteros le brindó beneficios en la zona ofensiva.
Pero Colón se equivocó en los últimos metros y no pudo traducir lo que insinuaba en situaciones de peligro cerca del arco rival. Le faltó precisión en los pases para poner un jugador de cara al gol y lo más claro fue un disparo a distancia de Ballini que pasó muy cerca del ángulo izquierdo. Y además, ese dominio del local tiene como atenuante una postura excesivamente cautelosa de Tigre, que prescindió del control de la pelota en ese lapso.
El quiebre del trámite se dio en el inicio del complemento. Lucas Landa perdió una pelota difícil de justificar en la zona media, con todo el equipo en función de ataque y propició un contragolpe letal a favor de Tigre.
Facundo Sánchez la robó y cedió para Larrondo que se encaminó cara a cara con Broun. El delantero definió por debajo de las piernas del arquero para abrir el marcador a los cinco minutos del segundo tiempo.
El tanto en contra lastimó anímicamente a Colón y dejó el encuentro en las condiciones soñadas por el conjunto de Victoria, que llegó a Santa Fe en busca de sumar un punto y se encontraba en ventaja con pocos méritos.
Recién pasados los 20 minutos, el sabalero reaccionó de la mano de modificaciones que llegaron muy tarde. Estaba claro desde la primera parte que al rojinegro le sobraba un futbolista de marca en la mitad de la cancha. El ingreso de Guanca se imponía mucho antes. El ex Chacarita intentó ponerse el equipo al hombro con un par de remates desde afuera del área. Pero las acciones propicias para anotar llegaron en los instantes finales y gracias al empuje de la gente y el temor de Tigre, que se arrinconó en su área.
Ya en tiempo agregado, el juvenil Ezequiel Gómez recibió un rebote y quedó de cara al arco. Definió bien pero Javier García le tapó el disparo de forma brillante.
Colón no puede salir de su propio laberinto. No mereció perder y sin embargo se fue derrotado de su casa. Los errores y las capacidades limitadas a nivel individual y colectivo impiden que el rojinegro revierta su sombría realidad.

Primera División – Torneo 2015 –Fecha 6: Colón 0 – 1 Tigre

lunes, 16 de marzo de 2015

Tarea cumplida

Unión pudo sortear un ciclo de tres partidos muy complicados, que presentaba rivales fuertes, dos de los denominados “grandes”, y que aparecía como la prueba de fuego para el tatengue en su regreso a Primera. Salió indemne de los cruces ante Lanús, River e Independiente. Consiguió tres empates aunque mereció ganarle al Granate, perder ante el Millonario y llevarse un punto contra el Rojo. Pero más allá de los resultados, el balance global de rendimiento es positivo para el conjunto de Leonardo Madelón.
Contra Independiente desarrolló la actuación más deslucida de los tres encuentros. Tuvo puntos altos en la primera media hora, pero luego se fue apagando. Y el segundo tiempo fue decididamente bajo, salvo por la tarea individual de Castro, Sánchez y Martínez.
El cuadro de Avellaneda manejó la pelota y controló el juego durante todo el cotejo. Unión nunca pudo cortar la circulación que iniciaban los defensores y mejoraban los mediocampistas, sobre todo Aquino y Pisano por los costados. Recién cuando el balón llegaba a la zona de la última línea tatengue las jugadas del visitante se diluían. Hasta que una de ellas tuvo buen final.
Sobre los 19 minutos, el Rojo sacó provecho de su capacidad de juego con una acción que incluyó trece toques y que terminó con una exquisita asistencia de Pisano para Lucas Albertengo. El delantero le dio mordido y la pelota entró pidiendo permiso pegada al palo derecho. La definición imperfecta no logró empañar un gol excelente por la gestación del mismo.
Pese al dominio rojo, Unión fue agresivo e inteligente hasta los 30 minutos de la primera parte. Decidió presionar bien arriba, adelantar las líneas y, si bien no lograba recuperar la pelota en zona ofensiva, cuando tomaba el balón atacaba en velocidad utilizando rápidamente a sus delanteros.
Veloz fue la reacción del tatengue para empatar el marcador. Al igual que ante Lanús, dos minutos después de sufrir un tanto convierte el suyo. Triverio recibió en el área y fue derribado por Tagliafico. Ignacio Malcorra se hizo cargo del remate y definió con tranquilidad a la izquierda de Rodríguez, que se tiró hacia el otro costado.
En el complemento la historia cambió. Madelón decidió acomodar al equipo más atrás, esperar a Independiente más cerca del arco de Castro para achicar los espacios en la mitad de la cancha e impedir el juego fluido del Rojo. Pero no lo pudo lograr.
Unión sufrió demasiado en la segunda parte, no pudo contener al visitante en la zona media y tampoco hilvanó contragolpes efectivos. Los cambios no le dieron resultado al entrenador. Ni Guerra ni Fabro funcionaron como los iniciadores de esos contragolpes.
El elenco de Almirón no generó muchas situaciones de peligro en el segundo tiempo, pero siempre dejó la sensación de estar más cerca de ganarlo. En los últimos minutos hubo una acción clara por lado. Triverio se la ganó a Aguilera y remató de zurda, pero Rodríguez tapó el disparo. Mientras que sobre la hora Albertengo quedó mano a mano y Castro protagonizó la mejor atajada del partido para asegurar el empate.
Unión atravesó de buena forma tres fechas complicadas que dejaron su enseñanza de cara al futuro, donde llegarán rivales de menor jerarquía. Tendrá que evitar las desatenciones defensivas que cometió ante Lanús, no salir a “mirar el partido” (tal cual dijo Madelón) como en el primer tiempo contra River y no deberá defenderse tan cerca de su arco como hizo en el complemento frente a Independiente. Del otro lado de la balanza, el tatengue sabe que se acercará al éxito si tiene la reacción anímica que mostró ante el Granate y el Rojo, la personalidad y actitud que tuvo en la segunda parte contra el Millonario y la presión alta y la agresividad que exhibió en la primer media hora frente a los de Avellaneda.

Primera División – Torneo 2015 –Fecha 5: Unión 1 – 1 Independiente

sábado, 14 de marzo de 2015

Un golpe de realidad

Colón fue goleado por Racing, que desnudó todas sus limitaciones y lo superó con amplitud de principio a fin. El sabalero no tuvo argumentos para colocarse a la altura de la formación suplente de la Academia.
La diferencia de tres goles no es suficiente para describir las distancias entre los dos equipos. El cuadro rojinegro fue dominado desde el mismo arranque y completó el rendimiento más flojo con Javier López como conductor.
Los errores fueron una constante en el conjunto santafesino. Y varios de ellos terminaron en anotaciones para el rival. En realidad, y para ser más precisos, en cada uno de los tantos del elenco de Avellaneda hubo defecciones de Colón.
En el inicio, a los 6 minutos, Villarruel la perdió en un intento individual por la izquierda y allí nació la contra. Naguel escaló por la banda, cedió al medio para Romero, que de taco habilitó a Facundo Castillón. El delantero dominó la pelota, tuvo espacio para acomodarse y sacar el remate cruzado. La respuesta de Broun fue floja, la pelota le picó antes de contenerla y se le metió por abajo.
Sobre la media hora, otra pérdida del sabalero en la media cancha propició un contragolpe por la derecha. Castillón picó a la espalda de Ferracutti y envió un centro que dio claramente en la mano de Landa. Oscar Romero facturó desde el punto penal para ampliar la distancia en el marcador.
Ya en el complemento, Landa fue al piso para cortar un avance y envió el balón hacia atrás. Conti, sorprendido, intentó despejar pero la dejó corta para Brian Fernández, que habilitó a Carlos Nuñez. El uruguayo se fue mano a mano con Broun, lo dejó en el camino y definió con el arco vacío.
La goleada se consumó después de otra distracción de la última línea rojinegra. Fernández recibió de un lateral y remató desde afuera del área. Broun dio un rebote frontal y evitable, los defensores se durmieron y la pelota le cayó a Washington Camacho, que de volea estableció la cifra final.
Colón vivió una pesadilla en Avellaneda, careció de recursos y se notaron mucho las diferencias. Racing lo superó con tanta amplitud que parecían equipos de categorías distintas. El sabalero fue dominado permanentemente, cometió errores de manejo, jugó desordenado, repitió su liviandad ofensiva y brindó muchas ventajas en defensa. Ni siquiera tuvo una reacción anímica como ante Boca, a pesar de conseguir el descuento transitorio con el gol de Raúl Becerra. El elenco de Cocca aprovechó todas las defecciones de los santafesinos y terminó armando una fiesta en el Cilindro.
A pesar que algunos jugadores insistan en afirmarlo en sus declaraciones, el problema de Colón no radica solo en el aspecto físico. Existe un déficit futbolístico grave. Ya pasaron cinco encuentros en los cuales la formación rojinegra nunca pudo imponerse a su rival en el juego (salvo algunos minutos del primer tiempo vs Argentinos). Hay rendimientos individuales bajos. Los hombres de experiencia, que habitualmente están obligados a responder en la cancha en estos casos, aportan muy poco, son muy intermitentes. Para colmo de males, el equipo no exhibe un plan de juego reconocible, parece que sale a jugar los partidos sin un rumbo claro.
Es momento de tomar determinaciones trascendentes que deben nacer del técnico para redundar en beneficio del equipo. El torneo brinda muchas oportunidades y Colón todavía está a tiempo de aprovecharlas. Para eso debe dejar de repetir decisiones equivocadas.

Primera División – Torneo 2015 –Fecha 5: Racing 4 – 1 Colón

martes, 10 de marzo de 2015

Punto de guapo

Colón rescató un valioso empate ante Boca en base al coraje y al empuje que le agregó a su juego en el segundo tiempo, para remontar un trámite que había sido desfavorable desde el inicio. Un golazo de Guanca le brindó al sabalero la chance de seguir sumando puntos y esperanzas por mejorar.
El xeneise se plantó con autoridad en el Brigadier López y fue el dominador casi exclusivo de la primera parte. Apostando a la conducción de Gago, al aporte de Lodeiro y al juego por los costados con los extremos, el equipo de Arruabarrena generó muchas situaciones de peligro en la primera media hora de juego. Aunque la apertura del marcador llegó un rato después, cuando parecía que Boca se quedaba sin profundidad y de a poco era controlado.
A los 36 minutos, el visitante amplió el ataque por la izquierda con Palacios, que envió un centro largo hacia el otro costado. Por la derecha ingresó el otro extremo, Juan Manuel Martínez, que aprovechó un error inexplicable de Bíttolo. El lateral pifió al intentar despejar y se la dejó en los pies al Burrito, que en el área chica enganchó ante Broun y definió con tranquilidad.
En esa etapa Colón pudo hacer poco. Sin la posibilidad de manejar el balón, los escasos intentos ofensivos fueron a través de las subidas de Cuevas por derecha. Pero el bloque ofensivo nunca se acopló para darle buen destino a los contragolpes.
El complemento arrancó en similares condiciones. Calleri tuvo dos acciones muy claras para aumentar la distancia pero las desperdició. Allí el sabalero pareció despertarse y llegó la reacción.
No hubo fundamentos de juego destacados ni una circulación de pelota trabajada. Colón fue puro empuje. Lo empató de atropellada. La fuerza que bajaba desde las tribunas se tradujo en el campo, los jugadores se contagiaron y a base de voluntad emparejaron el trámite.
En ese marco favorable para el rojinegro se dio el gol de la igualdad. Ledesma recuperó una pelota cerca del área propia y sacó el pelotazo para Becerra. El delantero la aguantó y se la devolvió. Ledesma intentó rematar, lo trabaron y decidió cederla para Cristian Guanca. Y el ex jugador de Chacarita, que había ingresado pocos minutos antes, se acomodó y sacó un remate soñado que se clavó en el ángulo de Orión. Un bombazo acorde con el ímpetu que el equipo le había agregado al partido.
La igualdad significó un envión anímico importante para los dirigidos por Javier López. Con la moral por las nubes, Colón aguantó el empate sin retroceder hasta que la deuda física se hizo muy difícil de disimular en los últimos diez minutos. Ese fue el momento en el que Boca pudo ganarlo, pero Daniel Osvaldo erró tres acciones consecutivas y Broun le tapó un mano a mano a Calleri en el último suspiro para mantener el resultado.
Colón sigue mostrando limitaciones que tendrá que mejorar, defecciones en el juego que deberá corregir. Pero el empate ante Boca deja la sensación que el sabalero está capacitado para lograrlo, para adoptar en el futuro un rol de mayor protagonismo. El equipo dio un paso adelante en relación a la imagen de impotencia que dejó frente a Banfield. Habrá que subir los escalones de a uno por vez.

Primera División – Torneo 2015 –Fecha 4: Colón 1 – 1 Boca

lunes, 9 de marzo de 2015

De la goleada al empate en clave de actitud

Unión vivió una tarde de emociones fuertes en el Monumental. Como en un torbellino, pasó de ser dominado y casi ridiculizado por River en el primer tiempo a resurgir con personalidad en el complemento para emparejar las acciones y llevarse un punto impensado.
Hay muchas lecciones que se desprenden de la presentación del tatengue ante el Millonario, que seguramente a la larga servirán de aprendizaje. Y también quedaron algunas certezas de un equipo que sigue manteniendo un extenso invicto. Más que nunca la balanza se inclina hacia lados diferentes en cada tiempo. Como pocas veces se puede hablar de “dos partidos en uno”.
Unión salió dormido al encuentro y nunca pudo acomodarse. River, que se destacó por una presión alta desde el pitazo inicial, lo aprovechó inmediatamente. La primera media hora de juego fue un “paseo” del elenco de Gallardo, que en ese lapso convirtió dos tantos y desperdició muchos otros que luego el propio DT iba a lamentar.
El cuadro santafesino estaba sometido porque no controlaba el trámite, no podía sostener la pelota para defenderse, no tenía contención en el mediocampo y cometía graves errores defensivos por los costados (hay una inexplicable distracción de Britez en el gol de Cavenaghi). En ese contexto de pesadilla, Matías Castro se erigió en héroe y principal figura del cotejo. El arquero fue responsable de cuatro atajadas clave para impedir una goleada que parecía inevitable. Sin embargo, River lo dejó con vida a Unión y el tatengue supo cómo revertir la historia en el complemento.
La génesis del resurgimiento reside en el mismo descanso. La lectura de Madelón fue buena y las decisiones que tomó de cara al segundo tiempo le dieron resultado. El entrenador excluyó a Rivas (que no estaba en condiciones de jugar) y colocó a Villar para tener manejo y tranquilidad en el medio. Para discutirle un poco más la pelota a Ponzio. Intercambió de bandas a Montero y Malcorra, y así logró menguar la supremacía que Driussi y Mayada exhibieron en la primera parte. Pero todo eso no hubiese servido si Unión no salía consciente de lo mal que había jugado en la etapa inicial y a su vez convencido de sus posibilidades de empardar el resultado.
La primera clave para lograr la remontada fue el gol rápido. Martínez se avivó, sacó rápido un tiro libre en la mitad de la cancha y tomó mal parada a la defensa millonaria. Montero cedió rápido al vacío para el ingreso de Lucas Gamba y el mendocino definió ante la salida apurada de Chiarini. Cuatro toques para llegar al descuento.
El conjunto de Gallardo sintió el golpe. Desde allí en más el partido fue parejo y Unión fue creyendo cada vez más en sus posibilidades. Madelón brindó un nuevo mensaje desde el banco y los jugadores lo comprendieron rápidamente. El técnico se la jugó poniéndolo a Guerra en lugar de Zurbriggen y el equipo fue en busca del empate con tres delanteros.
El premio llegó rápido. Sobre la media hora del complemento, Ignacio Malcorra ejecutó un tiro libre cerrado de zurda, Guerra no llegó, Chiarini se confió, y la pelota terminó metiéndose en el ángulo derecho.
En los últimos minutos los dos buscaron. Lo pudo ganar River pero otra vez apareció Castro, también lo pudo ganar el tatengue pero desperdició dos contragolpes con superioridad numérica. La historia pudo tener un ganador, pero finalizó en empate.
La conclusión dicta que Unión terminó saliendo airoso del Monumental cuando el inicio de la tarde presagiaba un final oscuro. Para alcanzar ese objetivo impensado hubo reacción a tiempo, cambio de actitud, buenas decisiones del DT y efectividad en el arco rival para que la cosecha sea satisfactoria.

Primera División – Torneo 2015 –Fecha 4: River 2 – 2 Unión

martes, 3 de marzo de 2015

El costo de una pretemporada desperdiciada

Colón hizo un papel aceptable mientras pudo jugar el partido contra Banfield. En el segundo tiempo, ya sin respuestas físicas, se dedicó a aguantarlo y se trajo a Santa Fe un punto que suma en esta etapa de reordenamiento. El sabalero está dando muchas ventajas en el inicio del Torneo, fruto de una pretemporada mal trabajada.
En la primera mitad el cuadro santafesino mostró su mejor cara porque pudo intentar llevar adelante el plan que Javier López había preparado. Estaba claro que el Taladro iba a sostener el protagonismo con mucha tenencia de pelota, varios jugadores en función de ataque en campo rojinegro, pero que al mismo tiempo iba a dejar espacios en defensa para aprovechar con salidas rápidas.
Colón se plantó para desempeñar ese rol, pero solo pudo cumplirlo con relativa prolijidad hasta la media hora de juego. Luego fue dando muestras de cansancio y se limitó solo a defenderse.
La segunda etapa fue un monólogo de Banfield, pero con menos profundidad y casi nula generación de situaciones de peligro. El trámite se inclinó casi siempre hacia el arco de Colón y el entrenador, ante la evidencia del desgaste físico, realizó cambios para asegurar el empate.
Los pocos futbolistas que se habían destacado levemente en el capítulo inicial se fueron apagando con el correr de los minutos. Clemente Rodríguez, de buena presentación e interesantes incursiones ofensivas, se retiró en el entretiempo por una dolencia en la rodilla derecha. El Mago Ramírez, activo en el inicio para comandar los contragolpes, casi no tuvo participación en el segundo período y se fue reemplazado a los 20 minutos. Mientras que Alario mudó su voluntarioso trabajo 30 metros hacia atrás, debido al posicionamiento del equipo, y eso lo transformó en improductivo.
Hubo dos puntos altos para resaltar. Dos jugadores que se salieron del marco de un partido de muy bajo nivel general. Uno fue Sebastián Eguren. El uruguayo realizó un gran sacrificio en la media cancha y se impuso en una zona donde fue fundamental su presencia para interrumpir los circuitos que Banfield intentó construir.
El otro fue Jorge Broun. Si bien el arquero fue exigido en pocas oportunidades, siempre respondió de forma convincente. Su mejor intervención fue sobre la media hora del primer tiempo. Luego de una buena jugada asociada del Taladro, Bertolo engachó y metió un derechazo con rosca que tenía destino de ángulo. Sin embargo, Broun voló hacia su palo izquierdo y despejó el remate con un manotazo.
Un párrafo aparte merece la cuestión física del conjunto sabalero. El equipo está pagando un alto costo por haber realizado una mala pretemporada. En la segunda etapa debió consolarse con aguantar el partido porque se quedó “sin piernas” rápidamente.
Al término del encuentro, los jugadores apuntaron abiertamente en sus declaraciones a Mostaza Merlo como el responsable de esta preparación deficitaria. Otro legado negativo más de un técnico que trabajó mal amparado por una dirigencia confundida que no supo reaccionar a tiempo.
¿Cuántos puntos más le costará a Colón el papelón llamado Reinaldo Merlo?

Primera División – Torneo 2015 –Fecha 2: Banfield 0 – 0 Colón

domingo, 1 de marzo de 2015

Más que un punto

Unión jugó un buen partido contra Lanús y mereció ganar en Santa Fe. El tatengue se plantó de igual a igual frente a uno de los equipos mejor desarrollados del fútbol argentino y no se pudo llevar los tres puntos porque falló en el tramo final del encuentro.
En la previa del cotejo, se analizaba este momento del conjunto de Madelón como el inicio de la Primera División “real”. Porque en la dos jornadas anteriores había enfrentado a elencos que jugaron el último semestre en la B Nacional, y porque luego del Granate aparecen River e Independiente en el horizonte.
Con el trámite consumado y el resultado puesto, se puede afirmar que la presentación de Unión fue muy positiva. Porque nunca fue apabullado por un rival que tiene elementos de jerarquía, porque se recuperó rápidamente de gol recibido y no se dejó controlar y, principalmente, porque en el segundo tiempo fue el protagonista del juego e hizo méritos para quedarse con el triunfo.
El comienzo fue con algunas dudas en defensa y un problema sin solución: Lautaro Acosta. El delantero se recostó por la derecha de la defensa santafesina y le ganó el duelo casi siempre a Britez. Por allí llegó un desborde y un centro que fue desaprovechado por Melano ingresando al área chica. Y de una falta al Laucha vino la apertura a los 33 minutos de la etapa inicial.
A la salida del tiro libre, el propio Acosta fue el protagonista del 1 a 0 cuando tomó por sorpresa a la última línea de Unión, y especialmente a Zurbriggen, anticipando a todos para conectar el centro de Velázquez y vencer a Castro.
Pero el tatengue reaccionó rápido, igual que en Mataderos (ya aparece como una virtud), para igualar el marcador. Gamba fue a buscar un lateral por la derecha y se metió al área. Barisone cerró hacia adentro y le sirvió la pelota a Enrique Triverio. Un regalo para un goleador que está dulce y no dudó en fusilar a Monetti para estampar el 1 a 1. El empate rápido le agregó fortaleza anímica al cuadro rojiblanco que afrontó el complemento de forma diferente, ya no como pudo sino como quiso.

En el segundo tiempo se vio al equipo en gran nivel. Ganó el mediocampo y fue dueño del trámite gracias al crecimiento de Martínez en la recuperación y Rivas en la conducción. Y también mantuvo el fuego arriba con mayor participación de Gamba y Triverio en las acciones ofensivas.
Acumuló varias situaciones para lograr el desnivel. Rivas ingresó solo por la medialuna y definió débil. Triverio quedó mano a mano y remató afuera. Malcorra definió mal de derecha un tiro franco. Aunque la superioridad fue más marcada luego de la expulsión de Fritzler. Con un jugador menos, Lanús intentó cerrar el partido y Unión se lo llevó por delante. Madelón colocó a Guerra, el equipo se acomodó con tres delanteros y jugó de allí al final en campo contrario.
Lucas Gamba fue el responsable de las dos jugadas que podrían haberle dado la victoria al tatengue, pero el mendocino falló. Primero recogió un cabezazo de Triverio y definió por arriba ante la salida de Monetti, y luego tiró desviado al quedar cara a cara con el arquero.
Más allá del sabor amargo por las situaciones desperdiciadas en el complemento, Unión cumplió con creces el primer examen exigente en este regreso a la máxima categoría. No se achicó contra un rival que llegaba con un planteo ofensivo y buenos jugadores, anuló los circuitos de la media cancha, fue patrón de esa zona y terminó apretando al granate contra su valla hasta el final. El resultado fue empate, pero la nota final es muy buena para un equipo que se muestra sólido y en pleno crecimiento.

Primera División – Torneo 2015 –Fecha 3: Unión 1 – 1 Lanús