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Si un equipo te genera veinte remates
al arco es muy difícil pensar en no perder el encuentro. Sin embargo, Unión
estuvo cerca de llevarse un empate de La Bombonera. Entre otras cosas, porque
Nereo Fernández atajó la mitad de los tiros. Pero la diferencia mínima no debe
confundir. Maquilla un dominio claro por parte del xeneise, tal vez no tanto
por juego pero sí en el aspecto territorial y en cantidad de situaciones de
peligro.
El tatengue desarrolló el plan previsto
hasta los veinte minutos del primer tiempo. Fue un equipo corto, contuvo la
salida de los laterales con Gamba y Malcorra, presionó a Gago para evitar el
primer pase y controló a Lodeiro y Bentancur en la segunda estación. Así, el
tridente ofensivo quedó desconectado de la acción en ese rato. Y de yapa, el
rojiblanco salía de contra con velocidad por los costados para terminar con
centros peligrosos. Pero luego de ese lapso, Unión fue decayendo en la
intensidad, retrocedió en el campo y perdió chances de salida rápida.
El complemento no hizo más que
acrecentar esa tendencia. El control de Boca fue exclusivo, el partido se jugó
casi siempre en campo santafesino y el local acumuló varias situaciones frente
al arco de Nereo Fernández, por lejos la figura del encuentro.
Sin embargo, el elenco de Madelón
acertó la única construcción asociada que generó en la segunda parte y se
encontró inesperadamente con la apertura del marcador. La jugada se inclinó de
derecha a izquierda para una buena combinación entre Pittón y Malcorra que
derivó en un centro violento del 10. Orión dejó corto el rechazo y allí
apareció Lucas Gamba para estampar el 1 a 0.
Pero, como pasa últimamente, le duró
poco la alegría al tatengue. Porque cinco minutos después llegó el golazo de
Nicolás Lodeiro para igualar la cuenta y tranquilizar un estadio que comenzaba
a calentarse demasiado. Unión ni siquiera tuvo tiempo de sacar provecho de la
presión que hubiese significado para Boca estar abajo en el marcador jugando en
casa.
Al empate xeneise le siguió un dominio absoluto
del local, ante la impotencia del cuadro santafesino que se equivocaba cada vez
que intentaba golpear de contraataque. Hasta que en el último tramo, cuando
parecía que Boca se había quedado sin nafta, llegó el triunfo que el conjunto
de Guillermo había merecido con antelación en el trámite.
Luego de la goleada sufrida ante
Racing, Unión intentó no ser tan vulnerable pero terminó resignando cualquier
posibilidad de triunfo en pos de protegerse. El clásico aparece en el horizonte
y, a pesar de ser un partido diferente, Madelón deberá decidir si repite esta
postura pasiva o apuesta a un planteo más ambicioso. Por lo pronto, se
pronostica como una parada definitoria para el futuro rojiblanco.
Primera División 2016 – Torneo
Transición - Fecha 7: Boca 2 – 1 Unión
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