Colón cayó sorpresivamente en el
partido más importante del año. El sabalero fue un espejo de sus peores tardes
y terminó goleado por Unión en su propia casa. El equipo de Franco se fue
desdibujando de a poco hasta ser dominado por un rival que desnudó todas sus
falencias y le propinó una goleada histórica en el clásico santafesino.
Los planteos de cada uno al comienzo
del cotejo no sorprendieron y naturalmente el rojinegro se hizo cargo de la
iniciativa en el juego. En busca de una salida limpia, el elenco del Barrio
Centenario retrasaba a Poblete para liberar a los laterales, rotaba a Ledesma y
Figueroa para que Ruiz encuentre espacios, y buscaba a Sperduti y Silva para
desequilibrar por los costados.
Colón pudo controlar las acciones del
partido hasta la media hora. En ese lapso generó cuatro acciones que lo
acercaron a la apertura del marcador. Un remate de Ruiz que sacó Nereo
Fernández, un zurdazo de Iberbia que pasó cerca, un claro cabezazo de Ledesma
que Soldano desvió en la línea, y un solitario ingreso de Silva que el arquero rojiblanco
contuvo bien parado.
Pero en el minuto 38 todo cambió. La
acción que culminó en el gol anulado a Pablo Ledesma le dio el primer giro a
los roles en el trámite. La confusión del árbitro Espinoza, que primero
convalidó el tanto y luego cambió su decisión a instancias del correcto
criterio del asistente Aumente, contagió a los jugadores rojinegros que
ingresaron en un estado de nervios que se profundizó con el gol de Unión antes
del descanso.
En el último suspiro de la primera
parte, la defensa sabalera se descuidó en un córner, Poblete perdió la marca de
Britez y Broun quedó inmóvil ante el cabezazo del defensor rojiblanco.
Cualquier intento de reacción fue
sepultado en el amanecer del complemento. Colón quedó mal parado en un
contragolpe cuando estaba lanzado en busca del empate. Retrocedió mal y en
desventaja numérica para permitir que Unión anote el 2 a 0 gracias a una buena
combinación por izquierda que selló Soldano por el medio.
A los cinco minutos del segundo tiempo
el partido ya se había convertido en pesadilla. De allí en más, las
individualidades desaparecieron, el elenco de Franco comenzó a ensombrecerse dentro
del campo y cayó preso del dominio de su rival y del contexto que se tornó en
su contra. El golpe de gracia llegó en el 3 a 0, producto de una pérdida en la
salida que derivó en un claro penal cometido por Barsottini y convertido por
Malcorra.
La interrupción por las piedras que
arrojaron los hinchas de la tribuna sur y las grescas en la platea oeste no
hicieron más que restarle posibilidades de reacción a un equipo que ya tenía sesgadas
sus ambiciones.
Colón trasladó su inestabilidad de
rendimiento al cotejo más trascendente. Extendió sus desniveles y volvió a
reflejar la ausencia de un plan de contingencia justo cuando necesitaba contar
con capacidad de respuesta para cubrir imponderables. Sin embargo, Franco
perdió la batalla táctica a manos de Madelón, y las figuras que muchas veces
respondieron (Ruiz, Ledesma, Sperduti, Figueroa) fueron anuladas por el trabajo
colectivo de un rival que lo fue superando a la par del crecimiento en el
resultado.
La derrota es dura y significa un
quiebre profundo en la relación entre los hinchas y el equipo que decidió
modelar el DT. Así las cosas, para este Colón será tan importante el resultado
en la revancha en el 15 de Abril como el rendimiento en las tres fechas que faltan
para enfrentar nuevamente a Unión. Será difícil imaginar un futuro con Franco si
el sabalero repite tropiezos en alguna de las dos instancias.
Primera División – Torneo Transición
2016 - Fecha 8: Colón 0 – 3 Unión
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