sábado, 3 de octubre de 2015

El poder del conjunto

Unión parte como favorito en el clásico de este domingo frente a Colón. Pese a sus vaivenes de rendimiento, el tatengue siempre supo cómo obtener resultados positivos maquillando colectivamente sus carencias. Será la revancha para saldar la cuenta pendiente generada en el segundo tiempo del choque anterior, cuando prefirió retroceder en vez de atropellar a un rival que mantiene las mismas limitaciones.
El equipo de Madelón no modificó demasiado su nivel en relación al compromiso pasado ante el sabalero, pero sí pudo encarrilar sus resultados. En la previa de la fecha 24 arrastraba cuatro partidos sin ganar, mientras que ahora llega con el antecedente positivo de cuatro sin perder. El retorno a la sumatoria de a tres agregado a la sostenida mediocridad del rojinegro lo vuelven a colocar en posición de banca. Aunque esta vez la condición de local seguramente lo obligará más que en la visita al Barrio Centenario.
En Rafaela, Unión exhibió una síntesis de su realidad en este segundo semestre. Cometió errores extraños para un elenco que en algún momento mostró solidez y luego se recuperó en base a una actitud arrolladora, impulsada por la determinación colectiva. Esa es la mayor virtud actual de la formación tatengue: el poder del conjunto.
El técnico resaltó en la semana que ya no hay una figura excluyente (en clara referencia a Enrique Triverio) y destacó la aparición del equipo de forma integral como respuesta. Es que cuando se va el crack queda al desnudo el funcionamiento. Unión sufrió y todavía sufre la ausencia de su crack. Le costó luego del receso ir construyendo de a poco una articulación que disimule su falta.
En la recta final del campeonato, el tatengue alcanzó el perfil de un equipo práctico, que no se ha liberado de sus errores pero que aprendió como esconderlos o bien remendarlos con personalidad. Y agregó las apariciones en la red de Claudio Riaño, como para ir olvidando al goleador que emigró a México.
Unión encara este clásico revancha con la obligación de cumplir con la cuenta pendiente que dejó en el anterior: plasmar en la cancha la superioridad que los papeles previos indican. Seguramente ya tomó nota de las fortalezas contrarias y también de sus debilidades, para no dejar pasar la oportunidad de ganarle al eterno rival frente a su gente.
Es el partido indicado para que los jugadores terminen de madurar, para que el equipo se reciba de tal. Y al mismo tiempo es un compromiso muy importante para Leonardo Madelón. Un triunfo cerrará el círculo de idolatría que el hincha profesa. Ya siendo ídolo como jugador, se graduará de ídolo como entrenador.


Primera División 2015 –Fecha 27: Unión vs Colón

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