martes, 24 de mayo de 2016

Una campaña pobre que enciende alarmas

Colón hizo casi todo mal en este semestre. Dentro y fuera de la cancha. Inició su camino con todas las luces en tres victorias consecutivas. Pero luego, a la par de la crisis institucional, fue tropezando hasta culminar arrastrándose en el tramo final. Los 17 puntos acumulados en el Torneo Transición no fueron suficientes para alcanzar el objetivo de mínima y dejaron al cuadro rojinegro en una posición preocupante en la tabla de promedios para la próxima temporada, a solo cuatro puntos del descenso.
El 21 de febrero de este año, nadie podía imaginar la triste despedida que Colón protagonizó este lunes en La Plata. Aquel día, el sabalero visitaba a Godoy Cruz como puntero de la zona 1, luego de hilar tres halagos en fila con goleada incluida.
Pero a partir de esa jornada, todo iba a comenzar a derrumbarse, deportiva e institucionalmente. Al mismo tiempo que los dirigentes se peleaban entre sí en una interna vergonzosa, el equipo de Franco caía derrotado por marcadores abultados. El sabalero perdió tres encuentros consecutivos, aunque pareció tomar aire con el triunfo inesperado sobre River.
El primer clásico ante Unión aparecía como un punto de inflexión. Y lo fue, pero de forma negativa. La derrota histórica por tres goles ante el eterno rival en el Centenario fue el detonante de un efecto dominó que no se detuvo.
La Comisión Directiva, inmersa en enfrentamientos individuales, estiró en demasía la permanencia del entrenador. El equipo sacó dos empates que solo sirvieron para demorar el quiebre esperado que se concretó luego de la caída en Junín. Con Ariotti y Ruiz ausentes ante Sarmiento para firmar el contrato de transferencia con Sp. Lisboa, y un vestuario que ya le había dado la espalda, Franco comprendió que los tiempos estaban acabados y dio un paso al costado casi al unísono con el pedido de licencia médica del presidente Ferraro.
A partir de allí, todo pareció decantarse por naturaleza a un estado cada vez más negativo sin que le importara demasiado a la mayoría de los protagonistas. Colón volvió a perder el clásico y, previo triunfo de los pibes contra Olimpo, se convirtió en un equipo que vegetó los siguientes tres compromisos, sufriendo derrotas como si fuese un trámite.
El sabalero recogió más del 50% de los puntos totales en las primeras tres fechas. Esa racha positiva (9 de 9 en juego) quedó en la nada con una cosecha muy pobre en los 13 partidos restantes: 8 unidades de 39 posibles (20%). Además, el cuadro rojinegro fue el que más encuentros perdió, junto a Olimpo, con 9. Y el segundo más goleado con 31 tantos en contra, detrás de Quilmes (32).
El único jugador rescatable fue Alan Ruiz. Fue la figura del equipo y el artillero con 7 anotaciones, participando solo de 9 partidos. Sin embargo, su evaluación se empaña si tenemos en cuenta que decidió dejar de jugar para el elenco rojinegro cuando faltaba un tercio de torneo.
Colón protagonizó un papelón fuera del campo y acusó los efectos nocivos dentro de la cancha. El rendimiento fue decididamente malo y las consecuencias seguramente serán el desmantelamiento de este plantel. En tal sentido, el sabalero estará obligado a cambiar de forma urgente su realidad. De lo contrario, la temporada que comienza en agosto lo tendrá más temprano que tarde comprometido seriamente con los promedios del descenso.


Primera División – Torneo Transición 2016 - Fecha 16: Gimnasia 3 – 0 Colón

Alcanzó el objetivo

Unión se planteó como meta inicial superar los veinte puntos en este Torneo de Transición. Tuvo un arranque irregular y un lapso negativo hasta la mitad del campeonato. Pero a partir de los clásicos fue enderezando el camino y, luego del segundo derby, se afianzó como equipo y tuvo un sprint final muy bueno para alcanzar las 22 unidades.
La campaña del conjunto de Leonardo Madelón se divide claramente en dos mitades. El tatengue protagonizó una cosecha escasa hasta la fecha 8, y una sumatoria casi óptima luego del primer triunfo ante Colón. Pero no solo en materia de resultados el semestre se puede dividir en dos partes. En relación al rendimiento, también hay un quiebre táctico y estratégico en la formación rojiblanca a partir del 3-0 sobre el sabalero.

El campeonato protagonizado por Unión puede ubicarse en los estándares de lo previsible. Repartió triunfos y empates contra rivales de menor jerarquía o igual nivel y fue superado por oponentes que aparecían como más poderosos. El plus que exhibió el rojiblanco como logro extraordinario son las históricas victorias en los clásicos. Imponerse sobre Colón de forma consecutiva fue la distinción que eleva la nota al momento de las conclusiones finales.
A Madelón le costó encontrar el mejor funcionamiento. Pero el entrenador acertó en la decisión de cambiar a tiempo. La variante táctica y el nuevo diagrama de equipo que alcanzó desde la experiencia fallida en la Bombonera le dieron un espaldarazo que se extendió hasta el final del Torneo. El sistema 4-2-3-1 potenció a sus mejores jugadores, que levantaron su rendimiento en la segunda etapa de la competencia.
La etapa más exigua en la sumatoria fue hasta la fecha 7. En ese lapso, Unión cosechó 6 puntos de 21 en juego (29%). A partir del primer clásico la realidad viró 180 grados. El cuadro santafesino sumó, en nueve partidos, 16 unidades de los 27 que disputó hasta el final (59%).
Los puntos más altos fueron Ignacio Malcorra (determinante en asistencias y goles), Mauricio Martínez (fundamental en el juego y la recuperación) y Claudio Riaño (el artillero del Torneo). En un segundo escalón aparecen futbolistas que acrecentaron su influencia positiva a la par de la mejora colectiva: Nereo Fernández (pilar desde el arco con atajadas claves), Lucas Gamba (el que más se potenció con el nuevo esquema) y Nelson Acevedo (rueda de auxilio siempre importante).
Unión redondeó una actuación aceptable. No superó ampliamente las expectativas pero alcanzó la meta inicial planteada por dirigentes y cuerpo técnico. Los 22 puntos cosechados, en un campeonato afrontado sin gastos excesivos por ser “de transición”, constituyen un balance positivo. A esto hay que sumarle la ganancia agregada por las victorias en ambos clásicos, cuestión que constituye en sí misma un mojón histórico más allá del recuento final.

Primera División – Torneo Transición 2016 - Fecha 16: Unión 1 – 1 Estudiantes

miércoles, 18 de mayo de 2016

Pasó con sufrimiento

Unión tuvo que aguardar hasta la definición por penales para eliminar a Atlético Paraná y superar la fase inicial en su debut por Copa Argentina. El tatengue fue muy impreciso en la definición de las jugadas que generó en la primera parte, y eso lo complicó en el segundo tiempo, cuando el Decano equiparó el trámite e igualó el marcador. Sin embargo, desde los doce pasos el conjunto santafesino no falló, Nereo Fernández aportó con una tapada, y el elenco de Madelón pasó la primera etapa del certamen por segunda vez consecutiva.
El cuadro de la Avenida estableció las distancias naturales entre uno y otro durante la primera etapa. Dominó por completo el juego por espacio de media hora, fruto de una circulación óptima de pelota y jugadores en la zona media, y generó chances suficientes para convertir más de un gol. Pero la falta de puntería, algo que también padeció contra Huracán, fue determinante para irse al descanso con una diferencia mínima a favor.
La historia fue distinta en el complemento. At. Paraná salió con ambiciones renovadas y el ingreso clave de Alzugaray en el mediocampo. Por su parte, Unión sostuvo la ineficacia en ofensiva y, al mismo tiempo, comenzó a perder por los costados y a cometer errores en defensa. Las fallas de ordenamiento y de marca de la última línea le permitieron al elenco entrerriano producir tres acciones muy claras antes de los diez minutos. Un remate de Cadenazzi que rozó el ángulo, un tiro libre de Noir que impactó en el palo, y el gol del propio Alzugaray.
Con el marcador en parda, el tatengue se mostró impotente para retomar el control del trámite y siguió sufriendo. Las variantes incluidas por Madelón no influyeron demasiado y la formación santafesina no logró quebrar la igualdad a pesar de presionar e instalarse en campo del Decano en el último tramo del partido.
En consecuencia, Unión tuvo que esperar hasta la definición por penales para sellar su clasificación. Allí reapareció la jerarquía de los jugadores de Primera División. Malcorra, Martínez, Nagüel y Rodríguez definieron desde los doce pasos con precisión, la misma que le faltó al equipo en el tiempo reglamentario. En tanto, Nereo Fernández fue clave al contener el tiro de Galli y contó con la complicidad de Machado que envió su disparo al palo derecho.
El elenco de Madelón pasó con sufrimiento un escollo que aparecía como más sencillo de superar, incluso al término de la primera parte. El tatengue quebró la maldición que indicaba que las últimas tres eliminaciones se habían concretado con envíos desde el punto del penal. Esta vez, el equipo tomó con seriedad esta alternativa y recogió frutos en la eficacia para acertar todos los remates y ganar la serie.

Copa Argentina – 32avos de final: Unión (4) 1 – 1 (3) At. Paraná

sábado, 14 de mayo de 2016

Pura voluntad

Colón afrontó con dignidad un choque al que arribaba inmerso en una crisis institucional y futbolística que lo ponía muy por debajo de las capacidades y jerarquía de su rival. Sin embargo, el sabalero no fue menos que San Lorenzo y se quedó con las manos vacías solo a causa de sus excesivas limitaciones al momento de definir las situaciones que generó.
El arrollador inicio del Ciclón fue la clave principal del partido. El elenco de Johansen fue sorprendido y superado rápidamente por el conjunto de Guede, que le tiró encima toda su agresividad y logró quebrarlo en dos minutos. Ese dominio se extendió hasta el primer cuarto de hora y luego comenzó el retroceso del visitante.
Colón reaccionó en base a la presión en el medio y la buena actuación de su línea ofensiva. Con Sperduti y Silva marcó diferencias por los costados y con Leguizamón tuvo peso en la zona central del ataque. Pero le falló la puntería en los últimos metros.
En el complemento San Lorenzo exageró su cautela, cedió totalmente la tenencia del balón y se posicionó en su campo sin sonrojarse. No obstante, el sabalero no tuvo la misma claridad para abrir el cerrojo azulgrana ni la capacidad suficiente para llegar a la igualdad cuando debió asumir la responsabilidad exclusiva en el partido. Colón tuvo la pelota, se dispuso para atacar, se instaló en cercanías de Torrico, pero nunca pudo lastimar.
Ya en el tramo final del encuentro, Pablo Guede movió un par de piezas y en dos intentos ofensivos el Ciclón sentenció una historia que lo tuvo como injusto ganador.
Esta vez, Colón mostró rebeldía. No se achicó ante uno de los mejores equipos del campeonato, pero no logró disimular las carencias que esta formación expone en la recta definitoria del certamen. Entre futbolistas de trayectoria que parecen pensar ya en otra cosa (Broun, Clemente, Ledesma, Sperduti) y juveniles que todavía están verdes para la amplia demanda que impone el momento (Silva, Leguizamón, Sandoval, Casado), el rojinegro llega a la última estación del semestre con el traje deshilachado y pidiendo una normalización urgente en todos sus niveles.

Primera División – Torneo Transición 2016 - Fecha 15: Colón 0 - San Lorenzo 2

En cualquier cancha

Unión dio un paso adelante en la maduración de su juego. Se animó a plantarse agresivo en la casa de Huracán y, a pesar de modificar la postura en los últimos minutos, demostró que tiene capacidades suficientes para imponer el nuevo esquema con una estrategia ambiciosa también en condición de visitante.
El primer tiempo fue el lapso más indicado para evaluar las posibilidades de la formación rojiblanca. Porque de arranque se plantó en terreno rival y propuso una circulación de pelota fundamentada en el control del mediocampo y la participación activa de los cinco futbolistas que ocupan esa zona. La idea funcionó, aunque el equipo careció de precisión en los últimos metros para traducir ese dominio en la red rival.
La superioridad rojiblanca se cortó con un accidente en el juego. Huracán abrió el marcador en el primer remate al arco que intentó, haciendo gala de la efectividad que a Unión le faltó en el área de enfrente y, además, contando con la fortuna a su favor ya que el tiro de Espinoza se desvió en Zurbriggen para descolocar a Nereo Fernández.
Sin embargo, el elenco de Madelón sostuvo el perfil ofensivo y recogió frutos antes del descanso. El empate llegó luego de una jugada colectiva perfecta que nació en el arco propio y culminó en la valla de Marcos Díaz. Siempre por izquierda y con la conducción magistral de Malcorra, el tatengue armó una serie de triangulaciones para construir un tanto en base a pases de primera y búsqueda de espacios. En la finalización, el zurdo recibió la devolución de una pared con Rolle y envió el centro bajo para la aparición en soledad de Claudio Riaño, que solo tuvo que empujarla al gol para coronar una de las mejores acciones de conjunto que vimos en el Torneo.
Unión intentó extender la postura al complemento, pero luego del primer cuarto de hora cambiaron las condiciones del juego. Huracán comenzó a tomar las riendas y a imponerse en campo rojiblanco gracias al influjo positivo que significó el ingreso de Patricio Toranzo. Además, Ramón Ábila comenzó a ganar el duelo individual contra Sandona y llamó al trabajo a Nereo Fernández, que volvió a ser determinante con dos tapadas mano a mano.
Madelón entendió que era el momento de modificar el esquema y ordenó dos líneas de cuatro para achicar espacios en el medio y evitar desbordes por los costados. Así, el tatengue pudo transitar los últimos minutos con mayor tranquilidad y casi obtiene el triunfo en el tiro del final con un remate de Martínez que rozó el palo derecho de Marcos Díaz.
Unión se llevó del Ducó sensaciones positivas más allá del resultado. El punto es importante, pero tiene mayor relevancia la ratificación de un modo de juego ya internalizado por los futbolistas y ejecutado sin importar la condición.

Primera División 2016 – Torneo Transición - Fecha 15: Huracán 1 – 1 Unión

domingo, 8 de mayo de 2016

Esa insoportable levedad

Colón volvió a perder sin ofrecer resistencia. Fue superado claramente por Vélez y, como ocurrió ante Almagro el miércoles, ni siquiera mostró rebeldía para intentar torcer el destino del partido. Es alarmante la pasividad que reina en el sabalero. Dirigentes, jugadores, y hasta el entrenador minimizan una realidad preocupante.
El cuadro santafesino ofreció una imagen insulsa. Nunca estuvo a la altura de un rival que atraviesa un momento de transición, que está lejos de sus mejores luces, pero sin embargo pudo establecer diferencias de juego desde la etapa inicial y quebrar la frágil oposición rojinegra en el complemento con una ráfaga de cinco minutos. Luego dio la sensación que el Fortín bajó un par de marchas y eligió controlar el trámite, sino el resultado podría haberse estirado.
Colon faltó otra vez a la cita. Débil en defensa, con un Poblete desbordado en la contención, con nula generación de juego y sin peso arriba. El elenco de Johansen no brindó nada positivo durante los 90 minutos y ni siquiera tuvo personalidad para reaccionar en algún momento, al menos desde la voluntad.
El regreso de Pablo Ledesma fue muy inferior a sus posibilidades. La formación santafesina perdió consecutivamente a Alan Ruiz y Víctor Figueroa. Ayer la responsabilidad de la conducción recayó sobre Ledesma que naturalmente no tiene las capacidades técnicas de los dos anteriores y además atraviesa un presente futbolístico bajo.
Los jugadores de experiencia están en un mal momento. Parece que pensaran más en las vacaciones que en los compromisos que restan. Mientras tanto, los juveniles que recién se suman insinúan buenas condiciones pero necesitan mayor rodaje. Y para colmo de males, Conti y Poblete (los que siempre sobresalen) se están contagiando de las limitaciones que los rodean.
El conjunto de estas falencias genera un colectivo de impotencias y dan como resultado un equipo en franca caída. Colón esta en un tobogán que solo los protagonistas parecen desconocer, o bien quieren obviar.

Primera División – Torneo Transición 2016 - Fecha 14: Vélez 2 – 0 Colón

sábado, 7 de mayo de 2016

El mejor momento

Unión arribó a esa etapa que algunos equipos alcanzan cuando, a pesar de no jugar del todo bien, igual consiguen resultados positivos. El tatengue cerró en goleada un encuentro duro ante Argentinos Jrs, que lo tuvo apretado por momentos. Sin embargo, el elenco de Madelón se mostró maduro para sacar provecho de las oportunidades que brindó un rival limitado, hacer gala de su efectividad en ataque y sumar solidez a una defensa que pudo sostener su valla en cero, como cada vez que el rojiblanco resultó victorioso en este torneo.
Unión desarrolló un rendimiento parejo, sin actuaciones brillantes ni notas para el aplazo. Con un nivel aceptable de la mayoría de sus jugadores, con Acevedo y Malcorra un poco por encima de los demás, el cuadro santafesino superó al Bicho con las herramientas necesarias para la ocasión.
El planteo del DT contemplaba un inicio expectante, sin la furia de otras ocasiones, más bien entregando la iniciativa para chequear cuáles eran las fortalezas de un oponente que venía inflado tras vencer a Boca. Pasados los 20 minutos, y ante la exigua producción del visitante, la postura cambió. Unión se propuso atacar y con muy poco quebró la paridad.
Siempre con Malcorra como protagonista del inicio de las acciones de peligro, el tatengue alcanzó una distancia de dos goles en un cuarto de hora. Un tiro de esquina cerrado del 10 provocó un despeje corto que recogió Nelson Acevedo para clavar un bombazo de volea y abrir la cuenta. Y antes del descanso, otro córner del zurdo generó el cabezazo de Mauricio Martínez para estampar el 2 – 0.
En el complemento la historia fue distinta porque Argentinos reaccionó como era previsible, pero Unión se relajó y retrocedió de forma inesperada. El conjunto de Sanzotti lo presionó y hasta los 25 minutos le generó cuatro acciones muy claras que podrían haber determinado al menos el descuento. En la más peligrosa, Nereo Fernández cumplió con su aparición estelar asegurada por partido con una volada excelente para desviarle un cabezazo a Bueno.
El ingreso de Mauro Pittón renovó el aire en la zona media y fue clave para que el rojiblanco se pusiera otra vez en juego. Desde la media hora en adelante, la balanza volvió a inclinarse hacia los de la Avenida y otra vez, igual que en la parte inicial, el elenco de Madelón precisó de pocos intentos para alcanzar altos beneficios.
En una ráfaga final, Unión construyó la goleada con dos goles en cinco minutos. Primero con una acción que nace en una recuperación rápida fruto de la presión. Gamba llegó hasta el fondo en busca de un pase profundo y envió el centro bajo para que Claudio Riaño la empuje sobre la salida del arquero. Y luego, Ignacio Malcorra demostró que su pegada está intacta y anotó un nuevo tanto con un zurdazo a distancia que ya es marca registrada del jugador que eleva su cotización en cada presentación.
Así Unión selló un 4-0 como broche de oro para un miniciclo que se presentaba como beneficioso, por la calidad de los rivales que aparecían en fila. Pero el equipo cumplió y le sacó el máximo rédito con 11 puntos ganados de los últimos 15 que puso en juego. De esta manera, el tatengue cosechó más de la mitad de las unidades que ostenta en la tabla (tiene 20 pts) en los últimos cinco cotejos. Antes, había logrado 9 en 9 partidos.
Sin dudas, la relación rendimiento/resultados pone a Unión en su mejor momento en el campeonato. Con la meta inicial cumplida, le quedarán dos compromisos para afrontar con la tranquilidad de haber corregido a tiempo su rumbo.

Primera División 2016 – Torneo Transición - Fecha 14: Unión 4 – 0 Argentinos