sábado, 6 de junio de 2015

El que paga los platos rotos

Javier López conducirá a Colón probablemente por última vez en la tarde de hoy. El técnico debutante tuvo que asumir el mando de un equipo mal armado, con falencias físicas y bajos rendimientos individuales. Su falta de experiencia fue clave para obtener mejores resultados con un plantel lleno de limitaciones.
A todas luces el ciclo parece estar terminado, aunque los dirigentes sabaleros no adelantaron si tomarán la determinación de indicarle la puerta de salida. Sí anunciaron que la decisión ya está tomada, y que no depende del resultado ante Huracán. ¿Sera verdad, o en realidad especulan con el marcador final de hoy? Si la dirigencia ya tomó una resolución, ¿por qué no lo anuncian? Sería bueno para agregar tranquilidad y evitar que la cancha sea un hervidero si Colón pierde, en el caso que el DT se vaya. O bien, dar confianza al entrenador y al mismo tiempo apaciguar los ánimos si no gana.
Colon es un equipo muy raro. Los números lo respaldan y condenan al mismo tiempo. Los 16 puntos que tiene en la tabla disimulan la pobreza de rendimiento que dominó esta primera parte de la temporada. Al mismo tiempo, el sabalero es el conjunto que menos remató al arco y uno de los de menos posesión de pelota de los 30 participantes.
A partir de esto, lo medular es analizar la influencia de López en las actuaciones del elenco rojinegro. A lo largo de los encuentros, el técnico se mostró casi siempre disperso en sus decisiones, poco convencido. Hizo muchos cambios, no logró darle una identidad definida de juego, y en las últimas presentaciones exageró en recaudos y se volvió amarrete.
Es cierto que se arregló como pudo con lo poco que tenía y tuvo que lidiar con lesiones y ausencias. Pero 14 partidos son suficientes para realizar un balance, que arroja resultados negativos. Colon necesita de un entrenador con mayor experiencia para lograr otro nivel de compromiso que redunde en mejores rendimientos. Si bien la cosecha de unidades no es escasa, si no mejora la suma en el semestre que viene puede quedar complicado de cara al 2016.
Los dirigentes de Colón, que son principales responsables de este presente, hoy están frente a la posibilidad de volver a tropezar, de repetir errores. Resolvieron esperar el resultado de esta tarde para definir el futuro de López. Ciñen a un partido la proyección de los próximos seis meses. Si el sabalero gana, se subirán al carro triunfalista de ratificarlo. Si en la reanudación pierde dos encuentros seguidos, ¿lo van a echar como hicieron con Merlo?
Javier López fue el bombero encargado de apagar un incendio que estos mismos directivos generaron. Con el advenimiento del receso, llega la posibilidad de barajar y dar de nuevo, de sacarle provecho a cada cupo que pueda utilizar para reforzar el plantel, y también a la chance de poner al frente del equipo a un DT con mayor experiencia y “espalda”. Repetir errores puede ser letal.


Torneo Primera División 2015 – Fecha 15: Colón vs Huracán

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