Unión culminó su participación en la B
Nacional con un nuevo triunfo y así cerró una campaña excelente, con una
segunda rueda arrolladora.
El tatengue venció a Patronato en un
partido que no modificaba el destino rojiblanco pero sirvió para rescatar
algunas perlas: el debut de los
juveniles Sandona y De Iriondo, el tanto de Triverio que lo coloca
merecidamente en posición de artillero junto a Guerra, y el gol de Juan Pablo
Avendaño, un premio para un referente del plantel que en este semestre tuvo que
apoyar desde afuera.
De los últimos 10 partidos, el tatengue
ganó nueve y empató uno. Es decir que sumó 28 puntos de 30 posibles. Unión fue
una máquina en la segunda parte del campeonato. Así se explica cómo pudo llegar
con tanta tranquilidad a la bandera a cuadros, teniendo en cuenta que en la
primera ronda había sumado 13 unidades. Gracias a esa tremenda racha, el cuadro
santafesino se consagró como el mejor de la categoría con 41 puntos, a 8 de
distancia sobre cualquier otro conjunto de las dos zonas. Esa una marca
extraordinaria en el contexto de un torneo que se presentaba muy parejo y con
elencos fuertes.
Sin dudas, lo mejor del equipo de
Madelón fue el bloque ofensivo. El entrenador acertó en todos los refuerzos que
llegaron para alimentar esa zona del campo y el resultado fue óptimo a nivel
rendimiento y goles convertidos. Guerra y Triverio fueron los estandartes con 8
cada uno. Gamba fue el escudero perfecto, aportando 5 tantos desde el banco de
suplentes. Mientras que Fabro, con presencia discontinua, y Malcorra, con
absoluta regularidad de juego, agregaron 3 goles cada uno. En síntesis, los
hombres del ataque rojiblanco sumaron 27 de los 33 goles que el equipo
convirtió en el campeonato. Un rendimiento inusual para jugadores “nuevos”, que
se entiende desde la enorme virtud del DT a la hora de apuntar las incorporaciones.
Ese potencial fue respaldado en la
segunda rueda por un funcionamiento colectivo que se fue afianzando, y por una
solidez defensiva que en la primera parte había sido el punto más débil. Pasó de
recibir 13 goles en contra en esa primera ronda, a solo 3 en la segunda, con
una racha de 6 encuentros en fila con la valla invicta.
Los números contundentes son la
resultante de un rendimiento que fue de menor a mayor, creciendo con el correr
de las presentaciones, hasta erigir un equipo consolidado, fuerte mental y
futbolísticamente, que logró algo que aparece muy de vez en cuando en el fútbol.
En la recta final del torneo, Unión reflejaba la sensación de que siempre tenía
mayores chances de ganar que su rival. Y eso se transmitía entre propios y
también hacia los oponentes de turno. El tatengue se transformó en un conjunto
ganador, construyó una imagen de imbatibilidad que respaldó con buenas
actuaciones y victorias para arribar a Primera División de forma irrebatible.
Por todas esas características, este no
es un ascenso más en la historia rojiblanca. En consecuencia, Unión ahora debe
sacar provecho de esas ventajas y darle continuidad a un proyecto que hay que
fortalecer para afianzarse de una vez por todas en la máxima categoría.
B Nacional – Torneo Transición 2014 –
Zona B - Fecha 22: Patronato 1 - 3 Unión
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