viernes, 20 de febrero de 2015

Un bochorno para olvidar rápidamente

Colón vivió una semana signada por las desprolijidades y el desconcierto de una dirigencia que expuso toda su inexperiencia en pocas horas. Un rendimiento malo ante San Lorenzo y las declaraciones del Mago Ramírez fueron elementos suficientes para despedir al técnico con el cual habían renovado contrato hacía solo un mes.

Merlo duró lo mismo que un suspiro en Santa Fe. Luego de conducir al sabalero casi por inercia hacia el ascenso, lo poco que pudo mostrar Mostaza con su equipo fue pobre. Vale aclarar que para este análisis se pueden incluir solo cuatro amistosos y el debut en el Nuevo Gasómetro. Sin embargo, esto no exime de responsabilidades al grupo de dirigentes que decidieron echarlo. Encabezados por Lalo Vega, que hizo grandes esfuerzos por justificar en sus declaraciones una determinación inexplicable. La Comisión Directiva quedó expuesta de forma indisimulable.
El presidente habló de diferencias entre las partes que se arrastraban desde el comienzo de la pretemporada. En este sentido, algunos simples interrogantes desnudan los errores cometidos en muy poco tiempo.
¿Los dirigentes no sabían cuál era la filosofía de juego que predica Merlo hace años cuando fueron a buscarlo para que dirija los últimos cuatro partidos en la B Nacional? Si no lo tuvieron en cuenta en ese momento, ¿no lo pensaron cuando decidieron renovarle el contrato? ¿No se plantearon la posibilidad de interrumpir el vínculo cuando los nombres que Mostaza pedía como refuerzos estaban fuera del alcance económico del club? ¿No se pusieron de acuerdo en ese punto antes de firmar el nuevo contrato? ¿No percibieron que la relación del entrenador con los jugadores se desgastaba en tiempo récord durante la pretemporada? Al parecer no. En consecuencia, la bomba les explotó en las manos el sábado a la tarde y tuvieron que correr a apagar el incendio con un matafuegos vencido.
El final de la novela es conocido. Afuera el técnico. Una decisión tardía, a destiempo, cuando las llamas ya consumían el escenario casi por completo. Igual que ocurrió con Osella en noviembre pasado. Pero con el agravante que aquí quedan 29 fechas por jugar, hay un plantel armado y el técnico que se haga cargo tendrá que conformarse con un equipo que no armó. El torneo va a ser largo y seguramente habrá tiempo para enderezar el rumbo. De todas maneras, puede ser un lujo costoso jugar a la ruleta rusa con el futuro deportivo del club, y también con las finanzas de la institución. Porque a Colón le cuesta caro despedir a Merlo, pagarle el contrato que habían firmado por un año, y al mismo tiempo afrontar el sueldo del nuevo cuerpo técnico.

La búsqueda del nuevo entrenador trajo mayores inconvenientes de lo esperado. La arista económica echó por tierra la llegada de Jorge Burruchaga. Por su parte, Diego Osella apeló al sentido común, que a un par de dirigentes les faltó cuando decidieron llamarlo, y rechazó la posibilidad de retornar tres meses después que lo despidieron. En tanto, Marcelo Saralegui parece no reunir la confianza suficiente de todos los directivos.
Esto hizo propicia la confirmación de Javier López para dirigir este partido, un técnico que hoy es interino y que vivirá más que nunca del presente. Con el panorama gris que se dibuja en el horizonte en función de la posible llegada de un nuevo DT. Si el equipo cumple ante Argentinos, si deja una imagen aceptable, seguramente subirán las acciones para que López continúe al frente del plantel. Ni hablar que una victoria puede hacer olvidar rápidamente el bochorno que Colón protagonizó esta semana.
Así está el sabalero. Sin proyecto, con escasa seriedad, y pendiente más que nunca del “paso a paso”. Aunque Mostaza ya no esté.
 

Primera División – Torneo 2015 –Fecha 2: Colón vs Argentinos

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