![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGvpntBy20stgJ1zq_lwsi8gRceFhTPhfQarqlqkssd_9mcwTkuBI03Wt23mvkmOs1KSnuPZR85X1R0OhzI-K-z5ORITm4OplvT03EBkyoP_KiGfEXmTT9xSRSkXn6Urf3ALnIRBibxdaf/s400/CptNJwHVYAAFcsR.jpg)
No hay partidos fáciles en esta
competencia. Los ejemplos sobran para demostrar que un equipo de menor
categoría puede complicarle la vida al más
pintado y hasta eliminarlo. El elenco catamarqueño le hizo honor a esa
máxima y puso en serio riesgo las posibilidades del tatengue.
El conjunto de Madelón cumplió a medias
con el plan inicial. Presionó de arranque para intentar quebrar el partido
temprano pero falló en la definición. Los primeros 20 minutos lo tuvieron como
exclusivo protagonista, aunque le faltó precisión para resolver las acciones
bien gestadas desde la conducción de Rolle. La más clara de ese lapso fue el
mano a mano que desperdició Anselmo a los tres minutos de juego.
Ese fue el único tramo del partido en
el cual Unión estableció reales diferencias de rendimiento. A partir de allí,
el Estanciero ajustó las marcas, se afianzó del medio hacia atrás y comenzó a
encontrar espacios en zona de ataque. El delantero Pablo Villalba Fretes era el
destinatario de todos los balones largos para que, primero la aguantara y luego
tratará de provocar alguna acción de peligro. El 11 respondió al pedido
exigiendo a Castro en tres oportunidades y en el último suspiro del primer
tiempo encontró el premio. Un gran gesto técnico suyo fue el nacimiento de la
jugada que derivó en el gol de Martínez.
El complemento se presentó cuesta
arriba para Unión. El conjunto de Catamarca contaba con la confianza que le
brindaba el resultado y el rojiblanco carecía de rebeldía para buscar caminos
alternativos a los que ya había intentado y aparecían cerrados. Hasta que
surgieron los detalles que cambiaron la historia.
Las diferencias de jerarquía sobre
Unión Aconquija no se dieron de forma colectiva, sino de manera individual. Fueron
espasmos que le sirvieron a Unión para llevarse el partido. Aparecieron todos
juntos en dos minutos y nacieron en acciones de pelota detenida, sin
construcción previa.
En el empate, la justeza de Rolle para
enviar el córner, la capacidad de anticipo de Sánchez para ganar arriba y la
calidad en la técnica de Britez para matarla
en el pecho y definir de tijera.
En el segundo gol, otra vez la
precisión de Rolle en el tiro libre, nuevamente la aparición de Sánchez para bajársela
a Gamba, y la tranquilidad del mendocino para resolver de primera cuando había
superpoblación de piernas en el área chica.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIFvw5rd-p9DQWAJmkvUtpFS2fEkye_irAIWR8rx-S2QV_7RZHrhDjzCA04apOXNHSaXG9sZhtwRz9z_3QuzLHfdFtlS4W1JEzoz-0mC80rAQNaCI-qGzu64F-Ts_RBeMCGcUw_sIiGl7h/s320/Cpswo-ZWYAASJi5.jpg)
Unión pasó de fase en la Copa Argentina
sin dejar nada en sus alforjas. Tuvo que dar todo para superar a un rival dos
categorías inferior. El triunfo se transforma en un premio a la seriedad que Madelón
y el plantel le asignaron a cada presentación en este certamen y, al mismo
tiempo, es un llamado de atención permanente que advierte que el camino seguirá
siendo aún más complejo.
Copa Argentina 2016 – 16avos de Final:
Unión 3 – 1 Unión Aconquija